Los diputados conservadores británicos harán este jueves la segunda ronda de votación para elegir al sucesor de David Cameron al frente del gobierno, con la ministra de Interior, Theresa May, como favorita.
El exministro de Defensa Liam Fox fue eliminado de la carrera al quedar último, y el secretario de Estado de Pensiones, Stephen Crabb, renunció a seguir en carrera tras ocupar el penúltimo lugar.
En la ronda de este jueves, un candidato quedará eliminado y los dos finalistas serán sometidos luego al voto de los 150.000 militantes conservadores.
El resultado de la votación de este jueves se conocerá hacia las 15H30 GMT.
Las horas previas han estado salpicadas por acusaciones de juego sucio.
Nick Boles, un abogado que apoya a Gove, tuvo que disculparse por enviar un mensaje a los partidarios de Gove para hacer frente común contra Leadsom.
"A Michael no le importa pasar dos meses siendo destrozado por Theresa, si ese es el sacrificio que hay que hacer por los intereses del partido y el país. Tenemos que trabajar juntos para frenar a AL", escribió.
El 24 de junio pasado, al día siguiente del triunfo del Brexit, Cameron anunció que renunciaba y que abandonaría la jefatura del gobierno en cuanto el Partido Conservador designara al sucesor, el 9 de septiembre próximo.
Su sucesor tendrá la responsabilidad de invocar el Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa para empezar a negociar la ruptura con la Unión Europea, en un plazo de dos años prorrogable.
En ese tiempo, Londres y Bruselas tendrán que llegar a acuerdos en una infinidad de temas, desde las nuevas reglas comerciales entre ambos, o la suerte de los millones de británicos en la UE y de los millones de europeos en el Reino Unido.
Como demuestra el mensaje del seguidor de Gove, la pugna de este jueves se concentra en saber quién acompañará a May en la última fase de las primarias, el voto de los militantes. Gove o Leadsom representarán al Brexit en esas elecciones, y podrían beneficiarse de que el 70% de los conservadores votaron a favor de romper con la UE.
Leadsom, que en las últimas horas ha tenido que corregir un currículum que la presentaba como un as del mundo de las finanzas en los 25 años que trabajó en la City, dijo este jueves que el Reino Unido puede ser "la nación más grande del mundo" tras el Brexit.
Además, minimizó el impacto del resultado del referéndum, asegurando que "las previsiones del desastre de la libra no se han cumplido", pese a que el miércoles cayó a su nivel más bajo en 31 años (1 libra=1,2798 dólares) y ha perdido ya un 15% desde el 23 de junio.
"Nadie tiene nada que temer de nuestra decisión de abandonar la UE", insistió Leadsom, pidiendo "desterrar a los pesimistas".
El pesimismo reina precisamente en el sector inmobiliario, cuyas empresas han visto caer consistemente el precio de sus acciones desde el referéndum.
El sector ya daba signos de agotamiento antes, pero el descenso de la confianza de los consumidores, la posibilidad de que los extranjeros empiecen a retirarse del mercado, o la incertidumbre en general, han pesado.
Seis fondos de inversión inmobiliario establecieron un corralito desde el lunes para frenar la retirada de capitales, y, este jueves, el grupo inmobiliario londinense Great Portland Estates dijo que esperaba impactos "a corto plazo" del Brexit.
"A corto plazo, esperamos que se reduzca la confianza y que se aplacen algunas decisiones de inversión empresarial, mientras se inician las negociaciones para establecer nuestros acuerdos comerciales con la UE", dijo Toby Courtauld, director ejecutivo de la empresa cuya cartera de propiedades está valorada en 3.700 millones de libras (4.800 millones de dólares, 4.300 millones de euros).