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Laffit Pincay Jr, una dura vida en la que triunfó el talento

En la carrera se intercalaron el peso, el estrés y los triunfos, que más adelante le valieron para ser reconocido

Laffit Pincay Jr., el hombre humilde del barrio de San Felipe y que se propuso sacar a su mamá de la pobreza y volver a su país con las manos llenas, nos recibió en el estudio de su casa en Los Ángeles, California, para contarnos qué se siente ser elegido como el mejor jinete de los últimos 50 años.

Pincay Jr., recordó en el Polígrafo de La Estrella de Panamá y Eco Tv los momentos más duros de su carrera y los cuales pudo enfrentar gracias al amor a su profesión.

Vino un momento más difícil, la caída en el año 2003, cuando repentinamente le impidió montar nuevamente, ¿cómo se maneja eso mentalmente cuando se trataba de la esencia de su carrera?

Sí, como no. Hay mucha gloria, lo disfruté mucho, cuando ganaba las carreras y satisfacción de ser el mejor jinete, ganarme la estadística, romper récords. Fueron momentos que disfruté muchísimo. Pero cuando me retiré y no pude montar más porque tenía una lesión en el cuello y los doctores me dijeron que no podía subirme al caballo, pues eso fue muy duro para mí. Imagínese, todos esos años que monté y que mi mente estaba enfocada en estar en buenas condiciones, montar bien, estudiar las carreras, y de repente no tenía nada que hacer. Yo no me preparé para eso porque nunca pensé que eso iba a pasar. Yo decía, ahora qué voy a hacer. Por mucho tiempo me afectó, después me divorcié, comencé a tener problemas en mi casa, me quedé solo, por un rato, fue muy difícil porque yo no sabía hacer nada. Pero aprendí. Uno se impone, cuando uno está solo tiene que aprender. Comencé a preguntarles a mis amigos a quién llamar cuando algo se rompía en la casa. Me acuerdo de que se me dañó el refrigerador y no sabía a quién llamar, entonces hablé con un amigo mío y me dijo busca en el yellow pages (páginas amarillas). Yo decía yo no sé qué es un yellow page. Y él me consiguió el número, entonces yo empecé a apuntar todo en una libreta. De repente comencé a aprender y a desenvolverme en la vida.

Uno queda en el aire después de ese trauma, ¿cómo lo superó?

Después de la caída, descubrieron que yo tenía el cuello partido, yo tenía esperanza de que iba a volver a montar. Al final cuando me tomaron las radiografías, me informaron que no podía volver a montar. Entonces hablé con mi familia, ellos no querían que yo montara, y decidí que tenía que retirarme porque tampoco sabía si me iban a dar un seguro para volver a montar. Pero yo me acuerdo de que no sabía qué hacer. Me levantaba en las mañanas y estaba en un limbo. No quería ir al gimnasio, pero decía: bueno todavía estoy vivo, camino, voy a levantarme en las mañanas y voy a ir al gimnasio como si nada hubiera pasado. Así mismo hice cuando me separé de mi esposa, fue un momento muy duro. Me acuerdo de que me despertaba en las mañanas y me decía: me voy a levantar, aunque no quiera. Uno tiene que seguir. Yo siempre he dicho que no importa qué oscuro se vea, siempre hay una manera de salir adelante. La única manera es seguir tratando, seguir adelante, y de repente se te pasa.

FUENTE: Redacción Eco Tv