Panamá, 03 de septiembre 2020
Si estuviéramos en febrero de 2020 y le preguntaran a micro y pequeños empresarios sobre cómo veían su futuro me atrevo a decir que había algo de esperanza después de años de desaceleración que amenazaba sus negocios y su cotidianidad. Hoy día, casi un 60% de estas empresas está en cuidado intensivo porque la debilidad financiera ahora se vio magnificada por la pandemia - 20% de desempleo, una segura recesión que se encargará de destruir la poca demanda agregada por quizás los próximos 24 meses y más informalidad que nunca nos lleva a un realismo gris.
El esfuerzo de reactivación no da para más tiempos, ni excusas. Las ayudas financieras de préstamos condicionados a un largo ramillete de requerimientos pues no se materializaran. La intervención estatal en ciertos segmentos debe sentirse de otra manera. Y, en muchos otros segmentos pues simplemente echarse a un lado y dejar que respetemos los protocolos ya establecidos y seguir. Avanzar.
Concretamente hablando para algunos empresarios no hace sentido abrir y para ellos la legislación debe trabajarse para cerrar, cumplir con lo que se pueda y volver en otra forma, iniciar con más enfoque. Si las deudas por arrendamientos consumirían el 50% de un eventual flujo que sería también condicionado a la demanda que, como ya dijimos anteriormente, será sin lugar a dudas débil - para qué abrir? Para generar algo para cumplir con obligaciones laborales?
Por ello es que el responsable uso de los fondos recaudados en mercados de capitales o en deuda debían ir a esfuerzo de intervención estatal como el cubrir una porción de arrendamientos de empresas que estuvieron cerradas por 6 meses… cómo? Sencillo: el estado cubre 50% de los gastos por arrendamientos acumulados en esta pandemia de empresas pequeñas y micro así genera flujo en arrendadores y permite que los préstamos de reactivación financiera sean usados para proteger empleos. A propósito: esta idea no es original - ya se hizo en Canadá con muy positivos resultados.
La voluntad para hacer es la que debe imperar por todos los sectores. El gobierno dando el ejemplo de contención, control y responsabilidad y el sector privado inspirando la lucha con apoyo en la ciencia y en todo lo que hoy día sabemos para pelear contra esta terrible enfermedad. Es momento de cuidarnos más que nunca, de usar mascarillas y escudos faciales a como dé lugar y de poco a poco retomar lo cotidiano desde otro prisma, uno que permita la supervivencia de empresas y la preservación de puestos de empleo.
El 7 de septiembre es histórico para todos los panameños: una firma de un tratado devolvió esperanza y anhelos de mejores días. Este lunes 7 de septiembre firmemos todos un nuevo tratado social con nuestros vecinos, familiares, amigos y con ciudadanos: salir sí, producir también pero siempre con un escudo social, con una mascarilla y cuidándonos responsablemente…así de importante son las fechas que vienen para #todopanama.
FUENTE: Redacción Eco Tv