Panamá, 10 de Septiembre
Nos cuesta reconocer que nos equivocamos. Hay algo en el ser humano que bloquea esa realidad que constantemente nos recuerda lo imperfectos, limitados que somos. En el mes de marzo me atreví a jugar con modelos estadísticos que partían de premisas inexactas y basadas en meras especulaciones. En abril, se esperaban que más de 3 millones de ciudadanos estado unidenses murieran por causas relacionadas al Covid 19. Cuando se extrapolaban las suposiciones del doctor Faucci y otros reconocidos doctores, a la mayoría de quienes “jugabamos”con estos modelos nos daba un nivel de mortalidad de 1% - siendo asi, pues en Panama morirían 40 mil personas….caos y tragedia, luto, dolor y lagrimas…
Después del panico y de mucha data acumulada durante 6 meses, y sin menospreciar el dolor por las vidas perdidas, nos damos cuenta que el numero estará más cerca de 0.01% … Nos equivocamos aparatosamente pero el juego mal llevado entonces derivó en cuarentenas extendidas, un ataque frontal a la economía, destrucción de valor en miles de empresas y finalmente una supuesta solidaridad que ha sacado lo peor en muchos.
La cuarentena termina en Panamá el lunes entrante con la liberación de movilización sin depender de género, la eliminación de los salvoconductos y también la movida del toque de queda para las 11 de la noche. Sectores como la construcción empiezan a animarse algo tibiamente mientras las ayudas financieras para micro y pequeños empresarios no llegaran porque estamos tratando situaciones de credito como si estuviéramos en ambiente pre pandemia.
No hay espacio ya para confinamientos, ni errores. Los barrios en la periferia, los dormitorios son los grandes focos de transmisión pero eso puede controlarse si los ciudadanos mantienen el distanciamiento social. Pero es tan difícil hablar de distanciamiento cuando el hacinamiento es lo único que conoces. Recuerdan cuando San Francisco era el corregimiento que mas casos tenia, seguido por Bella Vista? En estos lugares se pudieron respetar medidas higiénicas porque quizás habían ahorros, trabajos decentes y espacio para pagar obligaciones. No es el caso de la mayoría de los panameños. Quedarse en casa es un lujo reservado para grandes comodidades.
Por mucho tiempo nos hemos dedicado a cuidar a los niños cuando curiosamente la posibilidad de contraer Covid 19 en ese grupo es casi inexistente. Muchas personas han fallecido por no tener acceso a hospitales y clínicas - el confinamiento también se ha encargado de matar a cientos. Acabemos con el pánico cuidándonos pero trabajando; esquivando la salida innecesaria pero atendiendo la productividad. El confinamiento y la cuarentena destruyeron miles de empresas y puestos de trabajo.
Nos equivocamos al llegar a esa loca conclusión de que un 1% de Casos Covid 19 morirían. Hoy hubo restaurantes y escuelas abiertos en Holanda mientras que Suecia reportaba una mortalidad de 0.0058 por ciento. Sabiendo hoy que nos equivocamos y aprendiendo de nuestros errores, estamos ya cerca de salir, de ir al parque y de reconocer que los grandes focos de contagio son el transporte publico y reuniones familiares de mas de 6 personas. Adelante con el gel alcoholado, el escudo social en el Metro y las ganas de echar adelante de todos, sin cuarentena, sin confinamiento, con responsabilidad ciudadana.
FUENTE: Redacción Eco