Panamá, 10 febrero 2020
Que haya habido una equivocación televisada en 2017, que le dio el triunfo a “Moonlight”, una película con temática gay e inmersa en la masculinidad afroamericana, no fue casualidad... se podría decir que fue un paso adelante. Porque la legendaria Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood , al parecer, está dispuesta a romper paradigmas… y eso quedó evidenciado en la noche de este domingo… La primera señal se dio justo al inicio… con un número musical dinámico, encabezado por la cantante y actriz, afroamericana, Janelle Monae.
Pero en los detalles estuvo el indicio: el cuerpo de baile, casi en su totalidad, era diverso…y esto fue solo el gancho que necesitaba la ceremonia para mantener al espectador justo como lo querían: a la expectativa. El menú del show también incluía algo mejor: el uso de videos previos a las nominaciones más importantes... ediciones cargadas de mucho ritmo y tenacidad audiovisual… La noche aguardaba otras gratas sorpresas como la representación multilenguaje de la canción nominada de Frozen 2… Incluso en las premiaciones iniciales como el merecido trofeo de Bong Joon ho por guión original… ¿Y por qué esto cuenta como algo innovador?... Pues los convencionalismos de la academia apuntalaban a Tarantino como el ganador en esta categoría… y no fue así. Todo esto sucedió en la primera hora… Otro vídeo rendía tributo al impacto de la música en el cine… y de pronto: Eminem. Con un porte mucho más sofisticado, el rapero volvió a entonar su poderosa “Lose yourself”, ganadora del Oscar en 2002… ya para este momento la audiencia al máximo… Fuera etiquetas, protocolos y rigor textil… todos con Eminem. Y no conforme con este aditivo, la gala contó con un aperitivo más… y aquí señores: la mayor evidencia. ¿Qué hace Billie Eilish cantando en el Óscar? He allí otro indicativo de lo que ahora impera en este cónclave industrial: una inminente reinvención. ¿Y esto por qué? una sola palabra lo define: rating. y ésta es la mejor manera de captar un público más exigente y actual: los jóvenes. y creo que lo lograron…
Los números en audiencia así lo demuestran… la cifra supera lo que en años anteriores ha costado... porque las casi 4 horas de transmisión finalmente no fueron tan somníferas. ¿y el desenlace?: épico… Tuvieron que pasar 92 años para que los miembros de la academia aceptaran que el buen cine no necesariamente se habla en inglés… y la conquista de “parásitos” fue tan abrumadora que hasta rompieron otro estigma: ese que confinaba la ganadora en extranjera a no repetirlo en mejor película… Si bien esto representa una clara demostración de apertura y diversidad, aún quedan otras lecciones por aprender… sobretodo de inclusión. las mujeres directoras siguen ausentes… y en el camino se perdieron grandes prospectos de la supremacía femenina actual como greta gerwig solo por nombrar la más sonada… S¡Sí, el Oscar no es tan blanco, pero aún requiere despojarse de otro color… ese que se instauró desde 1927, y aún no muestra los contrastes del diafragma cinematográfico: sólo cinco mujeres lo han logrado en más de 90 años del Oscar… ¡imagínense!... veremos, entonces, qué pasa, para el próximo año. por ahora, se aplaude este ímpetu innovador…
FUENTE: Redacción Eco