El administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez, dijo en un encuentro con la juventud, que el reto de esta nueva generación es la sostenibilidad de la vía interoceánica, que está sufriendo los rigores de la crisis climática, con la restricción de tránsitos debido a la sequía.
El Canal de Panamá, por el que pasa alrededor del 3 % del comercio mundial e inaugurado en agosto de 1914, fue construido por Estados Unidos, que lo administró hasta 1999, cuando el 31 de diciembre de ese año lo traspasó a Panamá.
La sequía estacional, especialmente fuerte y además empeorada por el fenómeno de El Niño, ha obligado a la vía a restringir escalonadamente los tránsitos diarios de buques de 36 (una cantidad óptima) a 24.
Esto hará mermar en 800 millones de dólares los ingresos por peajes este año fiscal, según afirmó a EFE Vásquez en una entrevista esta semana.
Sostenibilidad humana, ambiental y financiera
En su disertación ante la juventud congregada en la sede de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), en la capital panameña, Vásquez afirmó que el motor de crecimiento de la franja interoceánica se sostiene primeramente en la "sostenibilidad humana y social".
También en la "sostenibilidad ambiental, para asegurar el recurso hídrico para las operaciones y el consumo humano", ya que los dos lagos que alimentan el canal, el único de agua dulce del mundo, también abastecen a más de la mitad de los 4,2 millones de habitantes del país centroamericano.
La actual crisis se deriva precisamente del déficit de los lagos Gatún (1913) y Alhajuela (1935). La administración de la vía ya ha identificado proyectos para garantizarse el recurso hídrico, pero su concreción depende de decisiones del Gobierno panameño.
El otro motor del Canal es la "sostenibilidad financiera, a fin de garantizar la rentabilidad del canal para que las futuras generaciones también se beneficien del principal activo del país".





