Las calles de Isla Colón están tranquilas aunque con muchos menos turistas de lo habitual. Este paraíso caribeño de Panamá está sufriendo las consecuencias de una huelga sindical en tierra firme devenida en desordenes y saqueos allá, lejos de esta comunidad, la mayor del archipiélago de Bocas del Toro.
Turismo en Isla Colón se desploma por protestas y bloqueos en Changuinola
El conflicto sindical comenzó a finales de abril a raíz de una reforma a la seguridad social propuesta por el Gobierno del presidente José Raúl Mulino y aprobada por mayoría en el Parlamento unicameral. Los sindicalistas exigen su derogación, algo que el gobernante ha descartado.
Además de un paro de labores que llevó a la transnacional Chiquita a cesar operaciones y despedir a unos 6.500 trabajadores, la crisis en Bocas ha incluido el bloqueo de la provincia, especialmente de Changuinola, su corazón comercial, lo que generó desabastecimiento de enseres básico, combustible, el cierre de comercios y una sensación de caos con encapuchados amenazando a transeúntes y conductores.
Una serie de saqueos y vandalismo, atribuido a pandillas por las autoridades, llevaron la semana pasada al Gobierno a decretar el estado de urgencia, suspender garantías constitucionales y el servicio de internet y telefonía en Bocas del Toro, donde se ha arrestado a casi dos centenares de personas en los últimos días.
Morales recalca que en los dos meses de conflicto, Isla Colón permaneció casi normal a no ser por la merma en el flujo de turistas, lo que ha derivado en el cierre de restaurantes, hoteles y despido de personal, según comenta.
"La gran cantidad de turistas que entran por tierra firme han tenido que regresar" ante la imposibilidad de tomar el ferry que los lleva a la isla, mientras que el turismo procedente de Europa y EE.UU. se ha visto menos afectado estas semanas porque llegan por aire, explica el lugareño.
Telecomunicaciones limitadas y comercio muy afectado
Tras la suspensión el pasado fin de semana de internet y telefonía en la provincia, personas en Isla Colón se acercan a una escuela donde sí hay conexión para ver y enviar mensajes en redes, responder correos o comunicarse con familiares y amigos.
También se forman filas en el único cajero automático que expende efectivo, o en algún comercio que tiene gas para uso doméstico. Son casi todos lugareños, porque el turismo ha sido duramente golpeado.
"Fatal, no tenemos clientes, no podemos salir a bucear (...) cuando antes teníamos 10 buzos diarios ahora tenemos cero (...) desde hace como una semana estuvimos recibiendo cancelaciones", comenta a EFE Juan Manuel Esquivel, quien trabaja en un centro de buceo y restaurante en Isla Colón, localizada a 615 kilómetros de Ciudad de Panamá.
Bocas del Toro es la expresión más crítica del conflicto sindical
Aunque no tiene ni un solo cliente, Esquivel asegura que no piensa cerrar el local porque la alternativa es encerrarse en casa a hacer nada.
"Aquí, por lo menos, estamos con los compañeros de trabajo, haciendo mantenimiento, haciendo lo que normalmente no podemos hacer cuando tenemos clientes", afirma.
Bocas del Toro es la expresión más crítica del conflicto sindical por la reforma a la seguridad social, que involucra un paro de docentes del sector público iniciado el 23 de abril que se mantiene y se ha desarrollado de manera irregular. En un principio se habían sumando los obreros de la construcción, pero desde hace más de dos semanas este sector volvió a la normalidad.