El cambio climático es una crisis que ha afectado a múltiples sectores en el mundo, dejando sin hogar a millones de familias, perjudicando la salud alimentaria, acrecentando la desigualdad e incidiendo fuertemente en la migración de extranjeros. La evidencia científica ha sido fundamental para poner en evidencia los estragos de esta situación y las medidas que se pueden implementar para combatirlo, es por ello que Panamá y el mundo necesitan de más especialistas, que con fundamentos científicos, contribuyan a mermar los impactos del calentamiento global.
No discrimina razas, credo, profesiones
En el país no existe ninguna especialización sobre este tema, lo más cercano es la carrera de Ingeniería Ambiental que incluye algunos cursos relacionados al cambio climático y la gestión de riesgos. Por parte de diplomados, cursos y talleres se posee una oferta bastante diversa a través del Ministerio de Ambiente, agencias internacionales como las Naciones Unidas, Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), etc.
Sin embargo, independientemente de la carrera, se pueden involucrar arquitectos, abogados, ingenieros civiles, biólogos, ingenieros forestales, ingenieros agrónomos entre muchas otras ramas. Ejemplo de esto es la Dirección de Cambio Climático de Ministerio de Ambiente (DCC), que contiene un equipo técnico multidisciplinario, formados en distintas carreras, que atienden diversas de las aristas de cambio climático.
Buscando oportunidades
Mabel Zúñiga, analista de cambio climático del MiAMBIENTE, considera que dentro de la COP26 se tratarán muchos temas de alta relevancia para Panamá, pero todos necesitarán para su correcta y eficaz implementación y seguimiento contar con un marco de fortalecimiento de capacidades, ya que la gestión del cambio climático requiere tener las herramientas nacionales necesarias para adaptar, mitigar y elevar la acción climática, orientadas al cumplimiento de los objetivos globales establecidos en el Acuerdo de París.
La DCC desarrolló la Academia Sobre Cambio Climático para Jóvenes Líderes que actualmente está en su tercera edición. Hasta el momento se han capacitado a más de 80 jóvenes en temas relacionados al cambio climático, además como fruto de la primera academia se conformó la Organización Jóvenes y Cambio Climático que actualmente inciden a nivel nacional e internacional como parte de la sociedad civil en la temática de cambio climático.
A su vez se han desarrollado capacitaciones con municipios, para fortalecer su resiliencia y adaptación al cambio climático. Cursos en el área marino-costera, y recientemente el curso sobre cambio climático para periodistas.
Zúñiga, expresa que la principal estrategia de Panamá en la COP 26, es mostrar lo mucho que el país ha avanzado en esta temática gracias a los esfuerzos y la voluntad de los que conforman el equipo de profesionales detrás de la gestión del cambio climático a nivel institucional y con esa ventana presentar que para llegar a un nivel de ambición más alto se requiere de apoyo y cooperación internacional.
“Si bien estamos haciendo nuestro mayor esfuerzo para el cumplimiento de nuestros compromisos climáticos, esta no es una batalla que podemos librar solos, se requiere de las alianzas internacionales”, agregó.
Se hace necesario
El Índice de Vulnerabilidad publicado en febrero de este año, indicó que Panamá es altamente sensible al cambio climático, se debe hacerle frente, de manera urgente a los desafíos que trae consigo el calentamiento global, y para ello es necesario contar con capacidades fortalecidas para la gestión de planes, proyectos y estrategias que tengan como objetivo la reducción de la vulnerabilidad, el aumento de la resiliencia y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel nacional.
Conocimiento universal
Zúñiga, comenta que en la COP, al obtener apoyo para los proyectos, directamente se estará obteniendo financiamiento para desarrollar y fortalecer las capacidades de las comunidades, zonas y regiones beneficiadas por los programas implementados, al igual que al operativizar las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC1), fortaleciendo así las capacidades sectoriales.
Dicho esto, no solo se establecerían iniciativas para abrir espacios académicos, sino que se despliega un compás para que todos los grupos del país, vinculados directa o indirectamente con proyectos centrados en reducir emisiones puedan conocer más sobre la crisis climática y desde su posición, marcar la diferencia.
Con planes como estos, se aumenta el conocimiento climático, se acortan las brechas de desigualdad y se brindan oportunidades de crecimiento en varios sectores del país.