Un estudio llevado a cabo por la Autoridad de la Lista Roja de Anfibios (ARLA) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), destaca que Panamá alberga tres de los 50 Sitios de Anfibios Amenazados (TALs, por sus siglas en inglés) en todo el planeta. La investigación revela que estas locaciones se encuentran en las tierras altas de Panamá, Panamá Central y el Chocó-Darién.
De acuerdo a la nota publicada por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (conocido como STRI, atendiendo a sus siglas en inglés), con sede en Panamá, en esta investigación participaron científicos de todo el mundo, con la finalidad de acaparar la mayor cantidad de información posible, entre ellos el Dr. Roberto Ibáñez, y Ángel Sousa-Bartuano, de la Universidad de Panamá.
La Primera Evaluación Global de Anfibios (GAA-1) se habría realizado en 2004 y, desde entonces, al menos cuatro especies de anfibios se han extinto, incluyendo la rana arlequín de Chiriquí (Atelopus chiriquiensis) que habitaba en las tierras altas entre Costa Rica y la región occidental de Panamá.
La información explica que la destrucción y degradación de los hábitats de estos animales, figura como la principal amenaza para su supervivencia a nivel mundial. “Al reducir las áreas en donde éstos se distribuyen, también se reducen las posibilidades donde puedan existir poblaciones remanentes de las especies afectadas por el hongo”, señaló Ibáñez. “Además, se disminuyen y fragmentan los hábitats que utilizan otras especies de anfibios”.
La segunda etapa de la investigación, denominada GAA-2, indica que existen 11 especies amenazadas en Panamá Central, en su mayoría por causa de la enfermedad (el hongo quítrido) y la pérdida de su hábitat. En el caso del Chocó-Darién, se identificaron 81 especies amenazadas, en gran medida por la pérdida de su hábitat, seguido por la enfermedad y el cambio climático.
Sobre los anfibios de las tierras altas, revela que 76 especies se encuentran amenazadas, principalmente por la pérdida del hábitat, seguido de la enfermedad. Sin embargo, estas zonas del país son las que tienen el mayor porcentaje de anfibios amenazados por el cambio climático, con un 17%.
En el caso de los TALs, como los tres sitios identificados en Panamá, la recomendación va más allá de asegurar la protección de estos hábitats. Se hace un llamado a integrar soluciones adicionales, como la gestión, la restauración y la reconstrucción del hábitat, así como el manejo de enfermedades, la cría en cautiverio y la reintroducción de especies, el control de especies invasoras, las restricciones al comercio de vida silvestre y estrategias para la mitigación del cambio climático.