El gobierno de Venezuela denunció este martes un "megafraude" por 4.850 millones de dólares en la estatal petrolera PDVSA, del que responsabiliza al exministro Rafael Ramírez, cercano al fallecido presidente Hugo Chávez y quien rompió con su sucesor, Nicolás Maduro.
Pero según el jerarca, la estatal "nunca" recibió el dinero del préstamo.
En cambio, Atlantic cedió esa línea de crédito a los "fondos" extranjeros Violet y Vuelca, con sede en Panamá y San Vicente y las Granadinas, respectivamente. Y estos nuevos "acreedores" de PDVSA recibieron los pagos de un crédito que no se concretó, siempre según el gobierno.
El ministro dijo haber entregado como prueba al fiscal general, Tarek William Saab, "copias certificadas" de los recibos de los pagos, en total 28 transferencias, a Violet y Vuelca.
El funcionario definió la maniobra como un "megafraude".
El Aissami expresó que la trama fue "orquestada" por Rafael Ramírez, blanco de investigaciones por corrupción desde 2017, en una ofensiva judicial que ha traído desde entonces un centenar de arrestos de exdirectivos de la compañía estatal.
La Fiscalía informó en febrero de 2021 que emitió una alerta roja de Interpol para que Ramírez fuese capturado en Italia, donde se encontraba, pero ese país negó la posibilidad de extradición en septiembre, según su abogado.
El exfuncionario publicó en Twitter, antes de la declaración de El Aissami, que el gobierno preparaba una "olla" (montaje) contra él.
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Expresidente de PDVSA (2004-2014) y exministro de Petróleo (2002-2014), Ramírez fue uno de los hombres de confianza de Chávez (1999-2014), pero rompió a finales de 2017 con su sucesor, Maduro, renunciando entonces al cargo de embajador de Venezuela ante la ONU.