El Vaticano, cuya historia ha estado sacudida por escándalos financieros, anunció la creación de un procedimiento para informar de anomalías o irregularidades con el fin de luchar contra la corrupción y el fraude.
Cualquier asalariado o colaborador podrá señalar las anomalías por escrito o a través de un buzón de correo electrónico, con destino la Oficina del Auditor General, que encabeza el organismo anticorrupción del Vaticano.
Los señalamientos no podrán ser anónimos, bajo pena de ser improcedentes, y la oficina del Auditor General garantizará la confidencialidad del contenido y el anonimato de quien realice el informe, salvo en caso de procedimiento judicial.
La denuncia ética (el "whistleblowing" en inglés) es "uno de los instrumentos más eficaces para luchar contra la corrupción, previsto, entre otras cosas, por la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, a la que la Santa Sede adhirió en 2016", subrayó el comunicado.
Este anuncio ocurre seis semanas después de la condena por el tribunal penal del Vaticano de un cardenal italiano de alto rango, monseñor Angelo Becciu, a cinco años y medio de prisión, tras un vasto proceso en torno a operaciones financieras en la Santa Sede, un tema que afectó a la imagen de la Iglesia.