En Suiza, que suelen defender firmemente los intereses económicos del país, aceptaron este domingo, mediante una consulta, prohibir la publicidad del tabaco en sitios a los que tengan acceso niños y adolescentes. De acuerdo a la Cancillería federal, el resultado está avalado por mayoría, de 16 cantones (subdivisiones territoriales) sobre 26, y casi el 57% de los votos.
El doctor Jean-Paul Humair, portavoz del "Sí", expresó que "Nos dimos cuenta de la importancia de proteger a los niños y adolescentes contra el tabaco, y que la publicidad constituye una herramienta muy importante para captar a nuevos consumidores", indicó a la AFP.
Suiza, donde aproximadamente una de cada cuatro personas es fumadora, contaba hasta ahora con una legislación muy permisiva, sobre todo gracias al fuerte lobby que hacen las mayores tabacaleras del mundo, que tienen allí sus sedes.
A escala nacional, hasta ahora sólo se prohibían los anuncios en radio y televisión y específicos dirigidos a menores de edad.
A pesar que una nueva ley al respecto entrará en vigor en 2023, los grupos antitabaco pedían medidas más determinantes para proteger a niños y jóvenes, por lo que lanzaron esta iniciativa popular.
Dictadura de lo políticamente correcto
Así, se impuso la prohibición total de publicidad de tabaco en sitios a los que tengan acceso niños y adolescentes, o sea, en la prensa, en carteles, Internet, cine y durante manifestaciones. Estas mismas reglas conciernen al cigarrillo electrónico. La publicidad dirigida solamente a los adultos, mediante emails, por ejemplo, estará permitida.
Los opositores a la iniciativa, entre los cuales se encuentran el gobierno federal y el parlamento, consideran que ésta va demasiado lejos.
"En nombre de la protección a la niñez, se infantiliza a los adultos", se quejó Patrick Eperon, portavoz de la campaña por el "No" y miembro de la organización Centro patronal.
El mismo argumento de Philip Morris International (PMI), gigante mundial del sector, que al igual que British American Tobacco y Japan Tobacco tiene su sede central en Suiza, y apoyaron financieramente a la campaña por el "No".
El país paga un alto precio por el tabaquismo, con 9.500 muertes anuales vinculadas a éste sobre una población de 8,6 millones de habitantes.
A nivel federal, la población suiza también rechazó por más del 55% una ley que prevé un apoyo adicional a los medios de comunicación, como consecuencia de la caída de sus ingresos por publicidad. La participación en este domingo fue del 44% de los habilitados para sufragar.