El papa Francisco estará presente el sábado por la noche en la vigilia pascual en Roma pese a haber cancelado la víspera su participación en el vía crucis, una decisión repentina que aumenta los temores sobre su salud cada vez más frágil.
Su presencia el sábado fue confirmada por el Vaticano al mediodía, a pesar de la cancelación el viernes por la noche, en el último minuto, de su visita al vía crucis que se celebró en el Coliseo ante 25.000 personas.
Salud del papa Francisco
El momento del anuncio -poco antes del inicio de la ceremonia, obligando a los organizadores a retirar apresuradamente la silla del papa- y la comunicación lacónica del Vaticano contribuyeron a relanzar las inquietudes sobre la salud de Jorge Bergoglio.
"El vía crucis del papa frágil", titula el sábado el diario La Stampa, mientras que Il Messaggero lo ve como una "renuncia de Francisco".
El jesuita argentino ya había cancelado su participación en el vía crucis en 2023, pero esta decisión se tomó después de una hospitalización de tres días debido a una bronquitis y fue comunicada antes.
- Semana recargada -
Pilar central del calendario católico, la Semana Santa, que implica numerosas ceremonias que terminan con la Pascua, puede asemejarse a un maratón para un octogenario que se desplaza desde hace dos años en silla de ruedas.
En los últimos días, había cumplido sus compromisos hasta presidir, según lo previsto, el oficio de la Pasión de Cristo el viernes por la tarde.
Pero recientemente parecía cansado y se vio obligado en varias ocasiones a delegar la lectura de sus discursos invocando una bronquitis, por la cual pasó exámenes en un hospital de Roma a finales de febrero.
La anulación del viernes amenaza con reavivar los interrogantes sobre su capacidad para seguir gobernando la Iglesia católica y sus 1.300 millones de fieles.
A pesar de una importante operación del abdomen en 2023, Francisco, que nunca toma vacaciones, sigue sometiéndose a un ritmo de trabajo desenfrenado en el Vaticano, donde puede recibir a una decena de interlocutores en una mañana.
Sin embargo, no realizó ningún viaje desde su visita a Marsella (sur de Francia) en septiembre y tuvo que cancelar su presencia en la COP28 en diciembre en Dubái debido a una bronquitis.
Su anunciado desplazamiento a los confines de Asia y Oceanía este verano, que el Vaticano no formalizó hasta ahora, parece más incierto que nunca.
Francisco siempre deja "la puerta abierta" a una eventual renuncia, en la línea de su predecesor Benedicto XVI. Pero en una autobiografía publicada a mediados de marzo, reiteró que no tenía "razones serias" para renunciar a su cargo, una "hipótesis lejana" que se justificaría solamente en caso de "grave impedimento físico".