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Operaciones contra migrantes no contemplará uso de caballos

Estados Unidos (EEUU) deja de usar caballos en la operaciones con migrantes en los alrededores de Del Río

AFP
Por AFP

La patrulla fronteriza de Estados Unidos (EEUU) ya ha dejado de usar caballos en las operaciones con migrantes en los alrededores de Del Río, en el estado de Texas, según informó el jueves la Casa Blanca, después de que unas fotografías sugirieran que agentes montados maltrataban a los haitianos que cruzaban la frontera con México.

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Operaciones contra migrantes no contemplará uso de caballos

Operaciones contra migrantes no contemplará uso de caballos

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, "comunicó esta mañana a los líderes de los derechos civiles que ya no utilizaríamos caballos en Del Río", dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.

La medida se adoptó después de que fotografías de la AFP y vídeos de otros medios de comunicación mostraran el lunes a agentes de la patrulla fronteriza que parecían utilizar sus riendas para disuadir a los migrantes de cruzar a Estados Unidos desde México.

Mayorkas, que supervisa la patrulla fronteriza en la frontera con México, dijo el miércoles que las imágenes "no reflejan lo que somos como país, ni reflejan lo que es el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos".

"El Congreso había ordenado una investigación sobre lo sucedido, y mientas esta dura, los oficiales a cargo han sido trasladados a las fronteras con México". "El Congreso había ordenado una investigación sobre lo sucedido, y mientas esta dura, los oficiales a cargo han sido trasladados a las fronteras con México".

El gobierno estadounidense ha repatriado en avión a más de 1.400 migrantes a Haití, los cuales han viajado desde Centroamérica y llegaron hasta la frontera de México .

Las imágenes de los haitianos en la frontera de Texas dieron la vuelta al mundo y desataron una ola de críticas contra la administración Biden: la izquierda le reprocha su brutalidad en el trato a los migrantes, y la derecha más conspicua denuncia su supuesta laxitud.

Además el gran plan de reformas de Biden, compuesto de inversión en infraestructura y gastos sociales, también está amenazado.

Los acuerdos legislativos sobre este proyecto, que totaliza unos 5 billones de dólares sobre varios años de inversión, son extremadamente complicados.

El ala más a la izquierda del Congreso quiere votar al mismo tiempo sobre puentes y salud, sobre redes eléctricas y cuidado de niños.

Los demócratas de centro quieren disociar los dos aspectos, el social y el económico, votando primero el plan de infraestructura menos costoso, por 1,2 billones de dólares y que reúne más consenso.

El miércoles, Biden recibió por separado a representantes de cada tendencia, para jugar su papel favorito: el del viejo senador pragmático y conciliador, que comienza cada una de sus intervenciones con un comprometido "Escuchen, muchachos" ("Listen, folks").