La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer este martes la primera estrategia mundial contra la meningitis, con el objetivo de eliminar para el 2030 las epidemias de meningitis bacteriana que se cobran unas 250.000 vidas cada año en el mundo. Para lograrlo, la OMS, en colaboración con sus asociados, elaboró una hoja de ruta mundial con el objetivo de eliminar las epidemias de meningitis bacteriana -la forma más mortífera de la enfermedad- así como disminuir las muertes un 70% y reducir a la mitad el número de casos para 2030.
La meningitis es una inflamación peligrosa de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, causada principalmente por una infección bacteriana o viral.
"Dondequiera que se produzca, la meningitis puede ser mortal y debilitante; se desarrolla rápidamente, tiene graves consecuencias para la salud, la economía y la sociedad y provoca brotes epidémicos devastadores", afirmó Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un comunicado.
"Es hora de acabar con la meningitis en todo el mundo. Para ello, es urgente ampliar el acceso a los instrumentos existentes, en particular a las vacunas; realizar nuevas investigaciones e innovaciones para prevenir, detectar y tratar las diferentes causas de la enfermedad; y mejorar los servicios de rehabilitación", añadió.
La hoja de ruta es el resultado de la primera resolución sobre la meningitis adoptada por los países miembros de la OMS en 2020, en la que se pedía al director general de la organización que situara la enfermedad "en el primer lugar de las prioridades mundiales de la salud pública".
La meningitis bacteriana mata a una de cada diez personas infectadas -en su mayoría niños y jóvenes- y una de cada cinco sufre una discapacidad de larga duración (incluidas la pérdida auditiva o visual y los trastornos cognitivos).
En los últimos diez años, las epidemias de meningitis han afectado a todas las regiones del mundo, pero principalmente al "cinturón de la meningitis", que abarca 26 países del África subsahariana.
Las epidemias de meningitis son impredecibles y perturban masivamente a las comunidades y los sistemas de salud, subraya la OMS.
Varias vacunas protegen contra la meningitis, incluidas las vacunas antimeningocócicas, la vacuna contra la Haemophilus influenzae tipo b y la vacuna neumocócica.
Sin embargo, no todas las comunidades tienen acceso a ellas y muchos países todavía no las han incorporado en sus programas nacionales de vacunación.
También se están realizando investigaciones para desarrollar vacunas contra otras causas de meningitis, como los estreptococos del grupo B.