El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, propuso este sábado una reforma constitucional para incluir "ya" la pena de cadena perpetua contra los "vendepatria" y los corruptos, para que "esa gente se pudra de por vida en la cárcel", luego de haber expresado el "dolor" que le ocasionó la "traición" de exfuncionarios acusados de corrupción, entre ellos el exministro de Petróleo Tareck el Aissami, detenido esta semana.
El artículo 44 de la Constitución venezolana establece que "no habrá condenas a penas perpetuas o infamantes" y que "las penas privativas de la libertad no excederán de treinta años".
Maduro, quien pidió "ser implacables" contra aquellos que "traicionen al pueblo y se corrompan", afirmó que ha dirigido "personalmente" una investigación relacionada con una trama de corrupción, por la que han sido detenidas más de medio centenar de personas, según el Ministerio Público (MP, Fiscalía).
El mandatario aseguró que, en las últimas horas, "han aparecido nuevas pruebas" y "nuevos testimonios", además de que "han sido capturados nuevos traidores y corruptos".
El pasado martes, el fiscal general, Tarek William Saab, anunció la detención de El Aissami, del exministro de Economía y Finanzas Simón Zerpa y el empresario Samark López, acusados de "traición a la patria, apropiación o distracción del patrimonio público, alardeamiento o valimiento, legitimación de capitales y asociación para delinquir".
De acuerdo con la investigación, los tres hombres llevaron a cabo una conspiración económica, "simultáneamente con la corrupción", con el objetivo de implosionar la economía venezolana "a través de la destrucción de la moneda nacional y el alza astronómica" de la cotización no oficial del dólar en el país, donde la mayoría de los precios están fijados en la divisa estadounidense.
De esta manera, buscaban "producir el caos económico y financiero y la violencia social", según explicó Saab el jueves.
Estas recientes acciones contra la corrupción se llevan a cabo cuando el país está inmerso en un ambiente electoral, de cara a las presidenciales del 28 de julio, en las que Maduro buscará una segunda reelección.