El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, invitó a la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a que vuelva al país, luego de que su Gobierno la expulsara a mediados de febrero por supuestos sesgos en su labor.
Aseguró estar de acuerdo con la “propuesta de invitar nuevamente” al equipo de la Acnudh, luego de que en febrero su Gobierno diera un lapso de 72 horas al personal adscrito a esta oficina en Caracas -establecida en septiembre de 2019- para que abandonara el país.
En esa oportunidad, el Ejecutivo venezolano remarcó que esa expulsión se mantendría hasta tanto esta oficina de la ONU rectificase “públicamente ante la comunidad internacional su actitud colonialista, abusiva y violadora de la carta de las Naciones Unidas”, según expresó en un comunicado.
Ahora, Maduro ha dicho que las puertas del palacio de Miraflores “están abiertas” para hablar sobre “las diferencias” y “el conflicto” entre las partes.
Pese a la expulsión, Caracas había dejado clara su “voluntad de seguir cooperando con los mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos, siempre sobre la base del diálogo genuino y en estricto apego a los principios de objetividad, no selectividad, imparcialidad, respeto a la soberanía y no injerencia en los asuntos internos”.