Líderes políticos y dirigentes de todo el mundo reaccionaron rápidamente a la muerte de la reina Isabel II, rindiendo homenaje a una soberana excepcionalmente longeva y transmitiendo su pésame a la familia real y al pueblo británico.
En un telegrama enviado al sucesor de la monarca, Carlos III, el rey de España alabó "su sentido del deber, su compromiso y toda una vida dedicada a servir al pueblo" británico.
El jefe del gobierno español, Felipe Sánchez, calificó a Isabel II como "una figura de relevancia mundial, testigo y autora de la historia británica y europea".
El presidente estadounidense, Joe Biden, elogió a una "estadista de dignidad y constancia inigualables", consideró que fue "más que una monarca. Encarnó una época".
También afirmó que espera trabajar con su hijo, el rey Carlos III, con quien mantiene una "estrecha amistad".
El presidente francés, Emmanuel Macron, rindió homenaje a Isabel II, a la que describió como "una amiga de Francia, una reina de corazón" que "marcó su país y su siglo para siempre".
El papa Francisco se declaró "profundamente entristecido" y rindió homenaje a la "vida de servicio incansable", a su "devoción por el deber" y "a su testimonio inquebrantable de fe en Jesucristo".
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, decretó tres días de luto oficial.
El presidente irlandés, Michael Higgings, expresó sus condolencias y ensalzó a una "amiga extraordinaria de Irlanda".
El secretario general de la ONU, António Guterres, elogió "la gracia, la dignidad y la dedicación" de la reina Isabel II, que fue una "presencia tranquilizadora durante décadas de cambios de gran alcance, incluida la descolonización en África y Asia".
El Consejo de Seguridad de la ONU guardó un minuto de silencio.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se declaró "profundamente entristecido".
La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, que está a favor de que Escocia se independice del Reino Unido, consideró que el fallecimiento de Isabel II era "un momento profundamente triste para el Reino Unido, la Commonwealth y el mundo".
El primer ministro israelí, Yair Lapid, ensalzó a Isabel II como una "dirigente única" y una "figura excepcional" que "deja un legado incomparable de liderazgo y servicio".
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó que la monarca fue testigo de "la guerra y la reconciliación en Europa y otros lugares y de profundas transformaciones de nuestro planeta y nuestras sociedades.
La reina Isabel II simbolizó "la reconciliación" con Alemania, contribuyendo a "curar las heridas" de la Segunda Guerra Mundial, señaló el jefe de Estado alemán, Frank-Walter Steinmeier.
El expresidente estadounidense Donald Trump alabó el "tremendo legado de paz y prosperidad" que dejó Isabel II en el Reino Unido.
El rey de los Belgas, Felipe, y la reina Matilde expresaron su "profunda tristeza" y saludaron "una personalidad extraordinaria" que mostró "dignidad, coraje y devoción".
El primer ministro indio, Narendra Modi, expresó su "dolor" por la desaparición de la soberana, que calificó como "una guía inspiradora para su nación y su pueblo".
Arif Alvi, presidente de Pakistán, jefe de Estado del segundo país más poblado de la commonwealth de las antiguas colonias británicas, aclamó a la reina Isabel II como una "gran dirigente benévola" y afirmó que "sería recordada en letras doradas en los anales de la historia mundial".
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, declaró que la muerte de Isabel II era una "pérdida irreparable".