El presidente estadounidense, Joe Biden, lo ha repetido desde el principio: la prioridad de su política exterior es China y, aunque el foco lleva meses en la guerra que estalló en Ucrania debido a la invasión rusa del país vecino, su gobierno intenta volver a centrarse en Asia. La administración demócrata prepara una serie de citas para mostrar que no pierde de vista sus objetivos a pesar de que la guerra ucraniana se prolongue.
Una semana después viajará a Japón y Corea del Sur. En Tokio, también participará en una cumbre con los demás líderes del "Quad", una alianza de cuatro países (Australia, India, Japón y Estados Unidos) para contrarrestar las ambiciones de China.
Este viaje permitirá al casi octogenario presidente, que viaja al extranjero solamente en contadas ocasiones, reunirse en persona con sus principales aliados en la región de Asia-Pacífico.
Su secretario de Estado, Antony Blinken, pronunciará pronto un importante discurso sobre la política exterior estadounidense respecto a China, el cual tuvo que aplazar la semana pasada al dar positivo por covid-19.
La sombra de la invasión rusa se cernirá sobre todos estos encuentros, pero el equipo de Joe Biden espera liberarse de ella.
En la cumbre con la ASEAN, "la guerra en Ucrania será un tema de debate, pero también una oportunidad para hablar sobre la seguridad en la región", comentó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Psaki mencionó asimismo la pandemia de covid-19 y a Corea del Norte, que corre el riesgo de volver a ser una prioridad para Estados Unidos porque se teme un ensayo nuclear inminente de Pyongyang tras una moratoria de casi cinco años.