Javier Milei, candidato presidencial de Argentina ha estado durante la campaña presidencial disfrazado de león y otro cuya cabeza y brazos han sido reemplazados por motosierras. No es Carnaval ni la Comic-Con, sino un estrafalario acto de campaña del candidato a la presidencia de Argentina Javier Milei. En unos años, este populista de ultraderecha ha pasado de ser un tertuliano de televisión que lograba audiencias altas con sus desatados arrebatos contra una "casta política” a la que culpaba de los eternos problemas económicos del país, a ser uno de los favoritos a ocupar la Casa Rosada. Incluso se atrevió a disfrazarse de “General AnCap”, la abreviatura de anarco-capitalista, en un acto en 2019.
Milei, a quien en su día se consideró un personaje de segunda línea en la política argentina, consiguió transformar su éxito como tertuliano en un escaño en la Cámara de Diputados, la cámara baja del Congreso, en 2021. Después lanzó lo que parecía ser una campaña presidencial sin muchas posibilidades, pero sorprendió a la clase política al convertirse en el más votado en las primarias de agosto, unos comicios a nivel nacional que sirven de encuesta a gran escala sobre las preferencias de los electores.
Se esperaba que saliese vencedor en las elecciones de octubre, pero terminó segundo con el 30% de los votos, casi siente puntos por detrás del ministro de Economía, Sergio Massa. Milei y Massa medirán sus fuerzas en un balotaje del domingo, y las encuestas preelectorales muestran un empate virtual con un gran número de indecisos que inclinarán la balanza de un lado u otro. Llamado a menudo el Donald Trump argentino, Milei muestra una mezcla de amor por los ideales del capitalismo con políticas sociales conservadoras, incluyendo la oposición al aborto, que fue legalizado en el país en 2020.
La bandera amarilla de Gadsen, con una serpiente de cascabel y la frase “No me pises", es un símbolo histórico estadounidense que suele asociarse a la derecha libertaria, que Milei y sus partidarios han adoptado. Algunos seguidores echan mano de accesorios para emular la motosierra que Milei acostumbra a mostrar en sus mítines para simbolizar lo que quiere hacer con el gasto público estatal.
Algunos de los más leales se disfrazan de él y otros se ponen máscaras de león, el animal con el que suele comprarse Milei. Dondequiera que vaya, un pequeño ejército de vendedores ambulantes emprendedores lo sigue con artículos inspirados en el economista, a quien sus seguidores han apodado cariñosamente “el peluca” por su característica melena despeinada. Las encuestas muestran que la palabra que los argentinos — tanto partidarios como detractores — más asocian con Milei es “loco”. Sebastián Borrego, de 51 años, y su hijo de 12 viajaron más de 33 kilómetros (21 millas) para asistir a un mitin de Milei en Buenos Aires el mes pasado. Para mostrarle su apoyo, Borrego llevaba una máscara de león casera.