La vicepresidenta Kamala Harris arremetió el domingo contra los esfuerzos en Washington y en los estados con gobierno republicano para restringir el aborto en lo que habría sido el 50 aniversario del fallo del caso de Roe contra Wade, apelando a los valores estadounidenses fundamentales como la libertad para defender la protección del acceso al aborto a pesar de la decisión de la Corte Suprema de eliminar las protecciones constitucionales a la interrupción del embarazo.
Las marchas de mujeres para exigir la protección a los derechos al aborto se disponían a atraer a miles de personas en todo el país el domingo, en el 50 aniversario de la sentencia de la Corte Suprema en el caso de Roe contra Wade, que estableció el derecho federal al aborto y que posteriormente fue invalidada.
Harris expuso las consecuencias de las restricciones al aborto: La niña de 10 años de Ohio que quedó embarazada después de ser violada y que tuvo que salir del estado para abortar. Una mujer de Texas de 35 años a la que se negó el tratamiento tres veces por lo que resultó ser un aborto espontáneo, y que desarrolló una septicemia que estuvo a punto de matarla. Una joven de 14 años en Arizona que en un principio no pudo obtener medicamentos para controlar su artritis crónica, porque dicha medicina también puede causar una pérdida del embarazo.
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La decisión de que Harris pronunciara su discurso en Tallahassee, la capital del estado, refleja cómo han cambiado las líneas de batalla desde el verano pasado. Ahora que ya no existe un derecho nacional al aborto, las disputas al respecto se librarán en los ayuntamientos de los distintos estados, en lugar de en los pasillos del Congreso o ante la Corte Suprema. Funcionarios de la Casa Blanca convocaron la semana pasada a los principales legisladores de ocho estados para debatir iniciativas pendientes.
Además, después de superar las expectativas en las elecciones de noviembre, los demócratas consideran que el aborto es una cuestión clave para su partido en 2024, cuando se disputarán al mismo tiempo el control de la Casa Blanca y de ambas cámaras del Congreso. El gobernador de Florida DeSantis podría aspirar a la candidatura presidencial republicana, el primer paso para desafiar al presidente Joe Biden, que ha estado preparando una campaña de reelección.