Los habitantes de Francia ya no están obligados a portar desde este lunes 14 de marzo una mascarilla en el trabajo ni a presentar el pasaporte sanitario en restaurantes tras el fin de la mayoría de restricciones anticovid, en un contexto de cautela por un "repunte" de contagios.
El uso de la mascarilla se mantiene únicamente en transportes públicos y en centros de salud. En estos últimos, también deberá presentarse el pasaporte sanitario.
Para Jordan Taurian, director de una escuela de 'marketing' de 30 años, "los alumnos estarán contentos", pero hay un "poco de inquietud" entre los profesores cuando hay muchos estudiantes en clase.
A un mes de la elección presidencial, el gobierno anunció a inicios de marzo el fin de estas medidas por una mejoría de la situación sanitaria. Sin embargo, en los últimos días, el número de contagios por covid-19 aumentó.
El domingo, se registró una media de más de 65.250 casos en los últimos siete días, respecto a los 50.646 de la semana anterior. El cambio de tendencia no afecta por ahora a los servicios de cuidados intensivos.
El Instituto Pasteur estima, en su escenario más pesimista, que los contagios podrían superar los 100.000 casos diarios en marzo, una cifra elevada pero inferior a la registrada en enero.
Pese a que un 80% de la población cuenta con una vacunación completa, los expertos piden cautela. "Es pronto para pasar la página del covid, incluso si tenemos ganas", tuiteó Rémi Salomon, al frente de los hospitales de París.
El gobierno anunció el sábado que los mayores de 80 años podrán acceder a la cuarta dosis de la vacuna anticovid y recomendó a las personas delicadas de salud a seguir usando la mascarilla.