El gobierno de Francia estudia este viernes "todas las opciones", entre ellas decretar el estado de emergencia, tras una tercera noche de disturbios, en reacción al joven baleado por la policía, que dejó más de 650 detenidos y unos 250 agentes heridos. Edificios públicos atacados, tiendas saqueadas, vehículos incendiados... Muchas ciudades de Francia, en especial en la región de París, vivieron de nuevo violentas protestas nocturnas, pese a los 40.000 policías y gendarmes desplegados.
Desde el martes, cuando estallaron los disturbios, la derecha y la ultraderecha reclaman esta decisión que permite a las autoridades administrativas tomar medidas excepcionales como la prohibición de desplazarse.
Su rival ultra Éric Zemmour fue más allá y reclamó en la radio Europe 1 una "represión feroz" contra los autores de la violencia.
En 2005, el gobierno del entonces presidente conservador, Jacques Chirac, declaró el estado de emergencia tras diez días de disturbios en los suburbios por la muerte de dos adolescentes cuando huían de la policía.
Sin embargo, el gobierno duda. El ministro de Ciudad, Olivier Klein, indicó este viernes que esto significaría reconocer un "fracaso".
- 667 detenidos en una noche -
La violencia estalló el martes en los suburbios de París y se extendió por Francia tras la muerte ese día de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente durante un control de tránsito en Nanterre, al oeste de la capital.
Los hechos relanzaron el debate recurrente de la violencia policial en Francia, donde en 2022 trece personas murieron en circunstancias similares a las del joven, y, junto a las imágenes de la tragedia, incendiaron las calles desde entonces.
La pasada noche, varias tiendas del centro comercial Les Halles y en la turística y comercial calle Rivoli, que lleva al museo Louvre, en París, fueron "vandalizadas", "saqueadas" o "incendiadas", dijo un alto cargo policial.
Los participantes en las protestas también atacaron por segunda noche consecutiva comisarías, como en Pau (suroeste), ayuntamientos, como en Lille (norte), o escuelas, como en Amiens (norte).
En la barriada Pablo Picasso de Nanterre, donde vivía Nahel, la tercera noche de altercados dejó de nuevo vehículos incendiados, disparos de cohetes e incluso una sucursal bancaria incendiada, constató una periodista de la AFP.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, informó de 667 detenciones y de 249 policías y gendarmes heridos, ninguno de ellos de gravedad, la pasada noche.
- Llamado de la ONU -
La justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario para el agente de 38 años autor del disparo, quien, según su abogado, estaba "extremadamente conmocionado" por la violencia del video de los hechos.
Mounia, la madre de la víctima, dijo en la cadena France 5 que no culpaba a la policía, sino solo al agente que le quitó la vida a su hijo, ya que "vio un rostro árabe, un pequeño chaval, y quiso arrebatarle la vida".
El jueves, una marcha en homenaje a Nahel en Nanterre, en la que participaron 6.200 personas, también sirvió para hacer oír la rabia y el miedo contra unas fuerzas del orden vistas como racistas y violentas.
Alemania también expresó su "preocupación" por lo que ocurre en el país vecino.