La Oficina Federal de Investigación (FBI, en inglés) confirmó este domingo que el suceso junto al campo de golf donde estaba jugando el expresidente estadounidense Donald Trump está siendo investigado como un aparente "intento de asesinato". "El FBI ha respondido a West Palm Beach, Florida, y está investigando lo que parece ser un intento de asesinato del expresidente Trump", apuntó en un comunicado.
Los medios de comunicación han sido convocados a una rueda de prensa este domingo por la tarde, que está retrasándose continuamente.
Trump ya informó en un comunicado de prensa de que se encuentra bien: "Hubo disparos cerca de mí, pero antes de que los rumores comiencen a salirse de control, quiero que escuches esto primero: ¡ESTOY A SALVO Y BIEN!", apuntó.
El candidato republicano a la presidencia estadounidense, quien el pasado 13 de julio sufrió un intento de asesinato, añadió: "Nada me detendrá. ¡NUNCA ME RENDIRÉ!".
Lo poco que se sabe es que minutos después de las 14.00 de la tarde (18.00 GMT) la campaña de Trump anunció que el exmandatario está "a salvo" luego de que se registraron disparos cerca de su club de golf en Palm Beach, Florida.
El suceso se produjo cerca de su club de golf en West Palm Beach, Florida, donde el expresidente se encontraba jugando ese deporte y se espera que se ofrezcan nuevos detalles sobre lo sucedido.
De acuerdo con la cadena NBC News, Trump fue inmediatamente trasladado a un lugar seguro cuando se escucharon los disparos.
La Casa Blanca se pronuncia
En un comunicado, la Casa Blanca señaló que el presidente de EE.UU., Joe Biden, y la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, fueron informados "sobre el incidente de seguridad en el campo de golf Trump International, donde el expresidente Trump estaba jugando".
El Servicio Secreto envió un comunicado en el que apuntó que está investigando lo sucedido en colaboración con la Oficina del Sheriff del Condado de Palm Beach.
Primer intento
Trump fue víctima de un intento de asesinato el pasado 13 de julio durante un mitin en Butler (Pensilvania), después de que un joven de 20 años le disparó con un fusil hiriéndole en la oreja derecha.
El Servicio Secreto abatió al agresor, quien disparó desde un lugar elevado fuera del recinto, donde una persona del público murió por herida de bala.
El suceso provocó numerosas dimisiones por las fallas de seguridad del evento, incluso la de la entonces directora del Servicio Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle.
Cheatle acabó dimitiendo diez días después por los errores en la seguridad en ese encuentro y afirmó que ese intento de asesinato supuso el "mayor fallo operativo" de la agencia "en décadas".
Tras esto, el Servicio Secreto aprobó un plan para incrementar la seguridad de Trump, que incluye el uso de pantallas de vidrio blindado en los eventos que se lleven a cabo en exteriores.