Se encienden las alarmas por posible default en Estados Unidos, tras las declaraciones de la secretaria del tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, debido a que el país podría llegar a incurrir en impagos de su deuda. Ante esta situación líderes republicanos y demócratas buscan apoyo inmediato para que un proyecto de ley, que intenta evitar un inminente bajón en la economía de Estados Unidos, tenga apoyo suficiente en el congreso y sea aprobado.
Republicanos ultraconservadores consideran que McCarthy debió asegurar en este acuerdo recortes del gasto público aún mayores a cambio de aumentar el límite de endeudamiento de Estados Unidos, necesario para evitar una moratoria y asegurar el funcionamiento del Estado federal.
En tanto, el ala a la izquierda del gobernante Partido Demócrata, también está descontenta con la decisión del mandatario de ceder y aceptar recortes del gasto público.
Joe Biden, en tanto, dijo este lunes que se siente "muy bien" con relación a las posibilidades del proyecto de ley y pidió a los demócratas que tienen alguna reticencia que "hablen" con él.
Tácticas dilatorias
Biden y McCarthy se dijeron confiados de que el texto sea aprobado el miércoles en la cámara baja, dominada por los republicanos, para que luego vaya al Senado controlado por los demócratas. Pero los disconformes podrían demorar el proceso.
Los dos dirigentes negociaron durante semanas y lo que está en juego sigue siendo la posibilidad de un inédito impago de la deuda estadounidense, considerada la más segura del mundo, escenario que podría sacudir las finanzas mundiales.
El acuerdo bipartidista suspende el llamado "techo" de la deuda federal, que actualmente es de 31,4 billones de dólares, durante dos años, lo suficiente para atravesar las próximas elecciones presidenciales de 2024 y permitir que el gobierno siga pidiendo dinero prestado y continúe solvente.
Biden obtiene la tranquilidad de no pasar por otra crisis similar durante su campaña de reelección, y los republicanos se aseguran de poner algunos límites al gasto público durante ese período preelectoral.
McCarthy por su parte calificó el acuerdo como una "histórica serie de victorias". En realidad, el entendimiento representa una serie de concesiones mutuas, agregó.
Biden rechazó inicialmente negociar con los republicanos, a quienes acusó de tomar a la economía de rehén. Los grandes recortes que los republicanos querían no aparecen en el texto, a pesar de que los gastos -exceptuando los de defensa- permanecerán estables el año próximo y solo subirán en 2025, tras la divulgación del texto final el domingo los miembros de la cámara tendrán las 72 horas requeridas para estudiarlo antes de votar.
La exigua mayoría que tiene McCarthy en la Cámara de Representantes requerirá un significativo apoyo de los demócratas para equilibrar el disenso en el seno de la oposición. En el Senado, existe la posibilidad de que senadores intenten demorar la aprobación de la ley con enmiendas que lleven la conclusión del proceso peligrosamente cerca del 5 de junio.
La batalla ha sido seguida de cerca por las principales agencias calificadoras, y Morningstar y Fitch advirtieron que podrían optar por una rebaja de la nota de la deuda estadounidense, incluso si se evita la moratoria. Estudios indican que a lo largo de los años se ha ido acumulando una deuda que hoy día llega casi a los 32 billones de dólares y que ponen en riesgo a los Estados Unidos.