Ecuador se sumió el lunes 8 de enero en un “conflicto armado interno” con bandas narcotraficantes que ya ha dejado al menos catorce muertos, según el último informe de las autoridades. Desde principios de semana, varios incidentes violentos han sacudido la vida cotidiana del país: tiroteos en vivo en un canal de televisión, toma de rehenes, fugas de líderes de cárteles. Ecuador es presa de la violencia después de convertirse en un centro exportador de cocaína producida en los países vecinos: Colombia y Perú, que concentran en conjunto alrededor del 90% de la producción mundial de hoja de coca.
Según cifras de la ONUDD y el Gobierno peruano, Colombia fue responsable de casi dos tercios de la superficie total de cultivo de coca en 2022. Perú se situó en segundo lugar con 95.000 hectáreas, mientras que Bolivia ocupó el tercer puesto con 30.000 hectáreas. Para combatir el aumento de las tierras dedicadas a las plantaciones de coca, el presidente colombiano, Gustavo Petro, abogó en la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas celebrada el pasado septiembre por el reconocimiento de las drogas como un "problema de salud para la sociedad" en lugar de considerarlo un "problema militar".
Tras la conferencia, Petro presentó un nuevo plan nacional antidrogas en octubre de 2023. Reuters resumió las políticas subyacentes del plan de diez años con el objetivo de "reducir el tamaño de los cultivos de coca, recortar la producción potencial de cocaína y prevenir la deforestación vinculada al narcotráfico, al tiempo que se ayuda a la transición de los pequeños agricultores a la economía legal".
Si observamos el mercado de la cocaína desde la perspectiva de los consumidores, América, excluyendo a Estados Unidos, también tiene la mayor proporción estimada de personas que afirman haber consumido cocaína en 2021, con 6,6 millones o el 30% del total mundial de consumidores de esta droga. Estados Unidos registró 4,8 millones de consumidores de esta droga ese año, según el Informe Mundial sobre las Drogas de la ONUDD.