La Fiscalía General de Brasil solicitó el viernes al Supremo Tribunal Federal que incluya al expresidente Jair Bolsonaro en su investigación para determinar quién incitó los disturbios del 8 de enero en la capital del país.
Salvo eso, Bolsonaro se ha abstenido de comentar sobre las elecciones desde su derrota el 30 de octubre. Durante el periodo previo a los comicios, en repetidas veces azuzó dudas acerca de la confiabilidad del sistema de votación electrónica del país, y posteriormente interpuso una solicitud para anular millones de votos emitidos en esas máquinas, y nunca reconoció que perdió.
Los fiscales alegaron que, aunque Bolsonaro publicó el video después de los disturbios, su contenido es suficiente para justificar investigar su conducta antes de ellos. Bolsonaro lo borró la mañana después de que lo publicó.
Bolsonaro ha estado viviendo en un suburbio de Orlando desde que abandonó Brasil a finales de diciembre, y no asistió a la investidura de su sucesor el 1 de enero. Algunos legisladores estadounidenses han pedido al presidente Joe Biden que cancele su visa.
Las autoridades brasileñas están investigando quién le permitió a los simpatizantes radicales de Bolsonaro allanar el Supremo Tribunal Federal, el Congreso y el palacio presidencial en un intento de revocar los resultados electorales de octubre. Se está examinando el papel de personas que pagaron para transportar a los agitadores a la capital y de personal de seguridad que pudo haberse hecho de la vista gorda y permitir que ocurriera el caos.
Hasta ahora gran parte de la atención se ha centrado sobre Anderson Torres, exministro de Justicia de Bolsonaro, que se convirtió en el jefe de seguridad del distrito federal el 2 de enero y estaba en Estados Unidos el día que ocurrieron los disturbios.
Alexandre de Moraes, ministro del Supremo Tribunal Federal, ordenó esta semana que Torres sea arrestado y ha abierto una investigación sobre sus actos, los cuales dijo se caracterizaron por la “negligencia y la colusión”. En su decisión, que fue dada a conocer el viernes, De Moraes indicó que Torres despidió a sus subordinados y salió del país antes de los disturbios, un indicio de que estaba preparando el terreno deliberadamente para la agitación.
El máximo tribunal también emitió una orden de arresto para el exjefe de seguridad, y debe regresar a más tardar en tres días o Brasil solicitará su extradición, dijo el ministro de Justicia, Flávio Dino, el viernes.
“Si para la semana próxima no se ha confirmado su presentación, desde luego que utilizaremos los mecanismos de cooperación internacional. Echaremos a andar procedimientos la próxima semana para llevar a cabo su extradición”, manifestó Dino.
Torres ha negado haber cometido delito alguno, y el 10 de enero declaró en Twitter que interrumpiría sus vacaciones para regresar a Brasil y presentar su defensa. Tres días después no lo ha hecho.
El ministro hizo referencia a un documento que la policía federal brasileña halló tras registrar la vivienda de Torres: El borrador de un decreto por el cual se habría tomado el control de la autoridad electoral de Brasil y potencialmente revocado el resultado de los comicios. Se desconocen el origen y la autenticidad del documento no firmado, y no se sabe si Bolsonaro o sus subordinados hicieron algo para implementar la medida, la cual habría sido inconstitucional, según analistas y la academia brasileña de derecho electoral y político.
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Pero el documento “figurará en la investigación policial, porque revela con mayor plenitud la existencia de una cadena de personas responsables de los hechos delictivos”, señaló Dino, añadiendo que Torres tendrá que informar a la policía quién lo redactó.
Al no haber iniciado una pesquisa contra el autor del documento ni reportar su existencia, Torres podría ser acusado de incumplimiento del deber, dijo Mario Sérgio Lima, analista político en Medley Advisors.
Torres dijo en Twitter que el documento probablemente se encontró en una pila destinada a ser triturada, y que se filtró fuera de contexto, alimentando falsas narrativas destinadas a desacreditarle.