El presidente del Banco Mundial, David Malpass, advirtió el lunes del riesgo de sobreendeudamiento de los países pobres que emergen de la pandemia, y pidió "un plan integral" para abordar el problema de la deuda que incluya la reducción de los pasivos.
Abordar el problema es urgente, ya que a fin de año expira la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), lanzada por el Grupo de las 20 naciones industrializadas y emergentes (G20) en abril de 2020, que permite a los gobiernos diferir pagos de la deuda mientras enfrentan la pandemia.
"El mundo debería pensar qué hacer después del 1 de enero", dijo Malpass en una teleconferencia con motivo de las reuniones anuales del FMI y el BM esta semana, y señaló que continuar con el dispositivo DSSI "es algo que debería considerarse".
"El riesgo ahora es que demasiados países emerjan de la crisis del COVID-19 con un gran sobreendeudamiento que podría llevar años gestionar", alertó.
Ya antes de la pandemia, muchos países de ingresos bajos y medios registraban un crecimiento en caída y en paralelo alto nivel de endeudamiento que, para estas naciones, aumentó 5,3% en 2020 a un total de 8,7 billones de dólares, según el BM.
"Necesitamos un enfoque integral del problema de la deuda, en el que se contemplen la reducción del endeudamiento, una reestructuración más rápida y una mayor transparencia", sostuvo Malpass.
Malpass y la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, repiten que una mayor transparencia de los datos es fundamental para resolver el problema de la deuda, en particular para negociar con los acreedores.