El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró su previsión para la economía mundial para este año, diciendo que el mundo parece dirigido a un “aterrizaje suave”, es decir, a controlar la inflación sin muchas penurias económicas y con un crecimiento modesto pero estable.
En su boletín más reciente, la institución crediticia de 190 países dice que la expansión global es impulsada por un crecimiento sorprendentemente fuerte en Estados Unidos, la economía más grande del mundo. El FMI ahora prevé que la economía estadounidense crecerá 2,7% este año, más que el 2,1% pronosticado en enero y mejor que el 2,5% alcanzado en 2023.
FMI: Inflación mundial caerá
Si bien los pronunciados aumentos de precios siguen siendo un obstáculo en distintas partes del mundo, el Fondo pronostica que la inflación mundial caerá del 6,8% del año pasado al 5,9% este año, y a 4,5% el año entrante. Solamente en las economías más avanzadas del mundo, el organismo prevé que la inflación bajará de 4,6% en 2023 a 2,6% este año y a 2% en 2025, gracias a los efectos de los aumentos de las tasas de interés.
Los bancos centrales de Estados Unidos, Japón, la Unión Europea e Inglaterra han aumentado las tasas a fin de llevar la inflación a alrededor de 2%. En Estados Unidos, la inflación anualizada bajó estrepitosamente de un pico de 9,1% en el verano de 2022 a 3,5%. Aun así, la inflación estadounidense sigue por encima del nivel óptimo buscado por la Reserva Federal, lo que podría demorar cualquier recorte de las tasas.
Mayores tasas de interés
A nivel global, muchos vaticinaban que las mayores tasas de interés causarían una desaceleración económica —incluso una recesión— pero eso no ha ocurrido. El crecimiento económico y las contrataciones se han mantenido altas aun cuando la inflación se ha atenuado.
Si bien la economía mundial ha mostrado una resiliencia sorprendente, no es totalmente cierto que es fuerte. De 2000 a 2019, el crecimiento económico mundial fue en promedio de 3,8%, mucho más que el de 3,2% que el FMI vaticina para este año y el próximo. Entre los factores de las limitaciones a la economía mundial están las altas tasas de interés, los débiles aumentos de la productividad en gran parte del mundo y el fin de los subsidios que muchos gobiernos aprobaron para encarar la pandemia del coronavirus.