En un ambiente de euforia masiva, millones de personas acompañan a lo largo de las autopistas y calles de Buenos Aires el recorrido de Lionel Messi y su selección, en la caravana para celebrar la Copa, la tercera de Argentina. En un autobús descapotable que avanza a paso de hombre, tratando de abrirse paso entre la multitud, los jugadores muestran exultantes la Copa conquistada ante Francia.
En el centro porteño hay un ir y venir de simpatizantes con banderas argentinas por doquier. Bocinazos, cornetas, y el corear espontáneo de "Muchachos..." el hit mundialista se escucha en cada esquina.
El gobierno decretó feriado nacional para facilitar la participación en la fiesta multitudinaria.
- "Buen día" -
"Buen día", escribió el capitán Messi en una publicación en sus redes sociales desde la cama del complejo de la AFA durmiendo abrazado a la Copa como un niño con su juguete más preciado.
Con la Copa en la mano y una enorme sonrisa, el capitán había descendido de las escalerillas del avión a las 02H40 (05H40 GMT) y saludó a la multitud entusiasta que estuvo esperando en vigilia a su selección.
Su llegada al aeropuerto de Ezeiza fue celebrada por el grupo "La Mosca Tse tse", que en la misma pista de aterrizaje entonó "Muchachos", la canción convertida en el himno de este torneo.
Las autoridades dispusieron un operativo de seguridad con desvíos de tránsito y postas policiales para prevenir desmanes a lo largo del recorrido.
Entre bombos, banderas y camisetas con la estampa del "10" de Messi, familias enteras pasaron la noche tratando de hacerse un lugar para ver, aunque sea fugazmente, el paso de sus ídolos.
En el centro de Buenos Aires hay muchos que han venido de otras ciudades, tan lejos como Bariloche (en la Patagonia, sur), o de Rosario, la ciudad de Messi y Ángel Di María, y de las ciudades de la periferia de Buenos Aires.
- El Obelisco de fiesta -
El Obelisco de la avenida 9 de julio de Buenos Aires ya congregó a más de un millón de personas el domingo con la consagración y vuelve este martes a ser el epicentro de celebración.
El domingo, con una de las mayores movilizaciones espontáneas de los últimos tiempos en la ciudad en la que se estimó participaron más de un millón de personas, no se reportaron incidentes de magnitud y hubo apenas 17 detenidos, por daños y hurtos.
No está claro si el plantel argentino visitará la Casa Rosada, la sede del gobierno, y saludará a los aficionados desde el balcón de la histórica Plaza de Mayo como ocurrió en los títulos de 1978 y 1986.
La tercera estrella llega después de 36 años de espera en los que Argentina perdió dos finales de Mundial en 1990 y 2014.