El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, expresó este viernes su confianza de que el flujo de emigrantes haitianos por Centroamérica declinará por la decisión estadounidense de reactivar la deportación de haitianos indocumentados.
"Eso, de alguna forma u otra, va a desincentivar este flujo" de haitianos, añadió Varela tras clausurar una reunión de jefes de policías de América en Panamá.
Miles de haitianos han tratado de llegar a Estados Unidos a través de Centroamérica en los últimos meses.
La mayoría de ellos emigró a Brasil tras el terremoto, pero el declive económico del gigante sudamericano los llevó a buscar oportunidades en Estados Unidos.
Según las autoridades panameñas, cada año más de 30.000 emigrantes de Haití, Cuba y países de Asia y Africa, cruzan Centroamérica y México rumbo a Estados Unidos.
Los haitianos han visto bloqueado su camino por la negativa de Nicaragua a permitirles pasar, lo que los ha dejado varados en Costa Rica, Panamá y Colombia.
Según Varela, habrá que "convencer" a estos emigrantes haitianos que "lo más conveniente es regresar a su país y no arriesgarse a atravesar toda Centroamérica hasta la frontera con Estados Unidos para luego ser deportados".
A pesar de que el gobierno panameño cerró su frontera por la inhóspita selva de Darién, los emigrantes han seguido pasando pese a los riesgos a quedar expuestos a engaños y extorsiones de traficantes de personas y otros grupos criminales.
El gobierno panameño ha instalado tres albergues para unos 3.000 emigrantes en la frontera con Colombia.
Varela alertó que ese "tránsito riesgoso" por Centroamérica y México, "puede no terminar en nada porque hay una nueva política de Estados Unidos que los llevaría a que los deporten a Haití".
El mandatario panameño llamó a la comunidad internacional a apoyar las elecciones haitianas de octubre y a respaldar el fortalecimiento de la economía y la gobernabilidad en ese país para evitar que se produzcan nuevas migraciones masivas.