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Guatemala elige nuevo presidente agobiada por la pobreza y la corrupción

Las elecciones en Guatemala para escoger al nuevo presidente de Guatemala arrancó, este domingo, en un ambiente tranquilo, pero en un país azotado por la pobreza, la violencia y la corrupción.

La votación para elegir al nuevo presidente de Guatemala arrancó este domingo en un ambiente tranquilo, en medio de llamados a evitar la confrontación en este país azotado por la pobreza, la violencia y la corrupción.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) dio el banderazo de inicio de la votación a las 07H00 horas (13H00 GMT) para elegir al sucesor del impopular presidente Jimmy Morales, diputados y autoridades municipales para el periodo 2020-2024.

"Esperamos que este inicio de votaciones se haga con la mayor afluencia", expresó en un corto discurso de apertura el presidente del TSE, Julio Solórzano.

Imágenes de la televisión local mostraron a decenas de guatemaltecos haciendo fila para emitir su sufragio en varios centros de votación capitalinos, que cerrarán a las 18H00 locales (00H00 GMT del lunes).

La situación es similar en el interior del país, aunque con mayor afluencia en algunos poblados indígenas, que representan el 42% de los 17,7 millones de guatemaltecos y donde la pobreza alcanza hasta el 80%.

En la comunidad indígena de San Juan Sacatepéquez, en la periferia de la capital, las personas abarrotaron los centros de votación en el parque central, donde instalaron ventas de comida, frutas y flores.

Piden calma

Aunque la votación comenzó sin inconvenientes, Solórzano llamó a respetar los resultados y evitar conflictos, luego de que el sábado se registraran incidentes en algunos municipios por inconformidad con ciertos candidatos a alcaldes.

"Este es un llamado más que a la población, a la dirigencia política, los partidos políticos, no crispemos", comentó el jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), el expresidente costarricense Luis Guillermo Solís.

La policía desplegó a más de 40.000 uniformados en el país, y militares resguardarán "puntos críticos" y cárceles.

Están convocados a votar más de 8,1 millones de guatemaltecos quienes además de presidente elegirán a 340 alcaldes, 160 diputados nacionales y 20 representantes al Parlamento Centroamericano (Parlacen).

Por primera vez en la historia, los guatemaltecos que residen en Estados Unidos podrán sufragar, aunque solo para presidente.

La favorita para tomar las riendas del gobierno en este país, donde está prohibida la reelección presidencial, es la exprimera dama socialdemócrata Sandra Torres (2008-2011), candidata del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).

Torres, exesposa del presidente Álvaro Colom (2008-2012), concentra 20% de la intención de voto, por delante de su principal oponente, el médico Alejandro Giammattei, del derechista VAMOS, con el 14%.

El tercer puesto está peleado por tres candidatos, con entre 8% y 9% de la intención de voto. Entre ellos están el empresario Roberto Arzú, hijo del fallecido expresidente Álvaro Arzú (1996-2000), y la izquierdista Thelma Cabrera, la única mujer indígena que participa.

Si ninguno de los aspirantes alcanza más de 50% de los votos, habrá un balotaje en agosto.

La campaña electoral estuvo marcada por la exclusión de la exfiscal general Thelma Aldana, una de las favoritas y abanderada de la lucha contra la corrupción, por supuestas irregularidades cometidas cuando era jefa del Ministerio Público (2014-2018).

La justicia dejó asimismo fuera de contienda a Zury Ríos, hija del fallecido exdictador Efraín Ríos Montt, por una disposición constitucional que impide la postulación de familiares directos de personas que hayan participado en golpes de estado.

Desafíos urgentes

En la campaña abundaron las promesas para generar empleo y atajar la pobreza que afecta al 59% de los de habitantes, motivando a miles de guatemaltecos a emigrar cada año a Estados Unidos buscando oportunidades. Muchos mueren en el camino.

Miles se sumaron a caravanas migratorias que salieron desde octubre de 2018 y que han provocado una crisis regional y la ira del presidente estadounidense, Donald Trump.

El próximo gobernante heredará esa compleja situación, así como la desnutrición infantil crónica, que afecta a la mitad de los menores de 5 años y constituye la tasa más alta de Latinoamérica, según cifras oficiales.

Otro eje de la campaña de los 19 candidatos presidenciales fue la corrupción, un mal enraizado en Guatemala.

En 2015 renunció el entonces presidente Otto Pérez (2012-2015) tras un escándalo de corrupción que provocó manifestaciones masivas, y ahora en prisión espera ser juzgado.

La exfiscal Aldana y el exjuez colombiano Iván Velásquez, jefe de una comisión antimafias de la ONU (Cicig), pidieron investigar en dos ocasiones a Morales por sospechas de corrupción durante su campaña, pero éste se libró por su condición de aforado.

El actual presidente, un excómico de televisión derechista de 50 años, dio por terminado el acuerdo de la ONU, cuya misión antimafias finalizará en septiembre.

Guatemala es uno de los Estados más corruptos según Transparencia Internacional, que lo ubica en el puesto 144 de un total de 180 países evaluados.

La violencia es otro de los males que tendrá que atajar el próximo gobierno, con 5.000 muertos cada año, la mitad atribuidos al narcotráfico y a las temibles pandillas.

Los tentáculos del narcotráfico se evidenciaron tras la detención en Estados Unidos del candidato presidencial Mario Estrada por presuntos vínculos con el cartel mexicano de Sinaloa, grupo al que habría pedido matar a dos contrincantes, cuyos nombres no se revelaron.

© Agence France-Presse