El gobierno colombiano emitió el miércoles una resolución en la que declara como de interés público un medicamento para tratar la leucemia con lo que, de forma unilateral, obliga a la mayor farmacéutica del mundo a bajar su precio.
Agregó que "con la declaratoria, justificada en la necesidad de preservar ahorros en el sistema de salud, se solicita a la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos y Dispositivos Médicos la fijación de un nuevo precio para Glivec" o el nombre comercial del imatinib producido por Novartis, laboratorio titular de la patente.
El objetivo de la decisión, al decir del ministerio, es que el nuevo precio simule un escenario de libre competencia con genéricos en el mercado. La reducción del precio sería de entre el 40% y el 50%.
En 2015 el precio del tratamiento con Glivec por paciente al año era de 47'540.160 pesos (15.830 dólares), cifra que, según el ministerio, contrasta con el precio del tratamiento al año con el producto competidor de menor costo, que el año pasado era de 9'234.720 pesos (3.075 dólares) . La diferencia es de 38'305.440 (12.755 dólares) pesos por paciente al año.
El jueves pasado, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, les dijo a los periodistas que dos semanas de negociaciones con la suiza Novartis concluyeron sin acuerdo.
Gleevec (Glivec en Colombia) ha sido el medicamento más vendido de Novartis desde 2012, que el año pasado le generaron ingresos por 4.700 millones de dólares, o el 10% del total de los ingresos totales de la farmacéutica.
Gleevec ya tiene competencia genérica desde el 1 de febrero en Estados Unidos, que representa la mitad de sus ventas. En Colombia la patente expira en julio de 2018.
La creciente disputa pública entre la farmacéutica y Colombia en relación a su patente ha atraído atención ante el temor en la industria farmacéutica de que la decisión de Colombia fije un precedente para países de ingresos medios que luchan por contener los precios de medicamentos complejos.
Memorandos escritos por diplomáticos en la embajada de Colombia en Washington y filtrados al organismo no lucrativo Knowledge Ecology International describen estas intensas presiones por parte de la industria farmacéutica y sus aliados en el Congreso de Estados Unidos para evitar intervenir en un mecanismo legal que consideran sólo debería hacerse en caso de epidemias y emergencias de salud pública.
En un memorando, la embajada advirtió que acabar con la patente de Novartis para Gleevec podría afectar el apoyo de Estados Unidos a Colombia en su intento por unirse al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica e incluso arriesgar los 450 millones de dólares en asistencia de Estados Unidos para un acuerdo de paz con rebeldes izquierdistas.
Los memorandos surgieron tras reuniones entre diplomáticos colombianos y funcionarios de la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos y un miembro republicano de la Comisión Financiera del Senado cuyo presidente, el senador Orrin Hatch, de Utah, tiene fuertes vínculos con la industria farmacéutica.
Pero las acciones de Colombia también han generado elogios por parte la Organización Mundial de la Salud y expertos en salud pública preocupados por el acceso a medicamentos vitales y los saturados sistemas de salud pública como el de Colombia.
Novartis ha dicho que ha buscado activamente una solución que beneficie a los pacientes, a la innovación y al sistema de salud de Colombia.
" Novartis nunca cerrará la puerta a una solución que beneficie a las partes y, sobre todo, a los pacientes en Colombia", dijo.