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El incierto futuro de la popular "fábrica de bebés" de Filipinas

El popular hospital público Jose Fabella, conocido en Manila como la "fábrica de bebés" y que en sus mejores momentos daba la bienvenida a cientos de niños cada día, podría cerrar sus puertas, lo que ha indignado a grupos de la sociedad civil.

En los últimos dos meses, el hospital, reconocido como un centro clave para las madres más pobres de la región capitalina por el bajo coste de sus servicios, ha reducido prácticamente a la mitad el número de mujeres que admite, que ha bajado de una media de 700 a menos de 400.

"Aquí nos hacemos cargo de las mujeres aunque no puedan pagar los 2.000 pesos (unos 40 euros) que cuesta un parto natural y sin complicaciones", explica a Efe la doctora Antoinette Pacapac, portavoz del Fabella, como también se le conoce popularmente en Filipinas.

"Cada una paga lo que se puede permitir, ni más ni menos", agrega.

Sin embargo, Pacapac reconoce que en estos momentos, Fabella admite "sólo a mujeres que están a punto de dar a luz cuando llegan al hospital y no tienen tiempo de ir a otro centro", y el número de nacimientos diarios ha descendido en pocos meses de unos cien a menos de 50.

La razón expuesta por los directivos del Fabella para la reducción drástica de sus servicios es el peligro de derrumbe del edificio -construido hace más de 70 años- en caso de que se produzca un terremoto en la zona, algo que las autoridades temen que podría suceder en los próximos años.

"El pasado mes de enero, una compañía independiente hizo un estudio de la estructura del edificio y recomendó el traslado del centro lo antes posible", confirma a Efe el director de Fabella, el doctor Esmeraldo Ilen.

Según Ilen, se limitará el número de pacientes hasta que se traslade el Fabella a un nuevo edificio, aunque desconoce aun cuándo sucederá la mudanza.

"No vamos a cerrar -apunta el director de Fabella-, es simplemente un traslado".

Pero varias organizaciones de la sociedad civil y trabajadores del centro están convenidos de que las explicaciones de los directivos del hospital son meras excusas, y aseguran que en realidad se va a proceder a su cierre de forma inmediata para poder vender el terreno, donde se construirá una zona comercial.

"Todo lo hacen por el dinero. Hemos hablado con la compañía que examinó el edificio y ellos mismos nos han dicho que no es verdad que esté en mal estado", dice a Efe Elvira Mendoza, trabajadora del centro y miembro de la Alianza de Trabajadores de Sanidad.

La organización de defensa de los derechos de la mujer GABRIELA también duda de la veracidad del estudio que apunta a la fragilidad del majestuoso edificio.

"Espero que el Ministerio de Salud pueda enseñar a las partes implicadas los documentos que prueban que Fabella es peligroso", aseguró una representante de GABRIELA, Emmi de Jesus, en un comunicado.

De Jesús denunció que el cierre de este centro inevitablemente llevará al ascenso en el número de mujeres que fallecen durante el parto en Filipinas, que actualmente de halla en 11 al día, según cifras de UNICEF.

Las organizaciones civiles del país también apuntan que la reducción en el número de pacientes que admite en Fabella es una irresponsabilidad por parte del Gobierno, puesto que el centro médico es considerado una auténtica tabla de salvación para las madres más pobres del país.

"El próximo cierre del hospital Fabella, una institución pública de maternidad muy importante, es una clara violación del derecho del pueblo a asistencia sanitaria, especialmente de los indigentes", afirmó este mes frente al Congreso el representante del grupo de defensa de derechos Bayan Muna, Carlos Zarate.

"Es otro duro golpe a la gente pobre de Filipinas que ya sufre el pésimo e inadecuado sistema de salud pública", añadió Zarate.