Científicos australianos han descubierto que el esperma de los cocodrilos de estuario puede servir como modelo para investigar la infertilidad en los seres humanos, según un estudio divulgado hoy.
Nixon explicó que muchos casos de infertilidad masculina están vinculados a defectos en el esperma, que en condiciones normales emerge de los testículos en una forma inmadura y debe exponerse a ciertas condiciones en los tractos reproductivos del hombre y la mujer antes de poder fertilizar un óvulo.
Antes de ser activados, "parecen normales pero no tienen la capacidad de nadar y creemos que no tienen la habilidad de reconocer un óvulo y participar en la fertilización", explicó Nixon a la cadena local ABC.
Hasta la fecha se creía que el proceso de la maduración del esperma era único en los mamíferos y que el caso de los cocodrilos era similar al de las aves, es decir, que una vez que salían de los testículos eran capaces de fertilizar.
Sin embargo, el estudio liderado por Nixon sobre el esperma de los cocodrilos de estuario de Australia revela que éste se comporta de forma parecida a los espermatozoides de los mamíferos, incluidos los seres humanos.
Para este estudio, los científicos recolectaron el esperma de varios cocodrilos de estuario australianos, los cuales estaban sedados, y los incubaron en condiciones similares a los de un tracto reproductor femenino.
Así identificaron un grupo de proteínas, que permiten que el esperma se mueva y reconozca los óvulos y que son similares a las presentes en el esperma humano.
Los investigadores creen que también han identificado un interruptor químico, en la forma de iones de bicarbonato, en el tracto reproductivo femenino que contribuyen a activar a las proteínas.
La investigación, que fue publicada en la revista científica Proceedings B de la Sociedad Real, ayudará igualmente a la crianza comercial de estos reptiles así como para mejorar los métodos para conservarlos.