Los demócratas de Estados Unidos cerraban filas en torno a la campaña a la presidencia de Hillary Clinton y trataban de unificar al partido con un plan cuidadosamente orquestado para dejar a un lado a su persistente rival, Bernie Sanders.
En su mitin de campaña ante el estadio RFK, Sanders no mencionó a Clinton ni reiteró sus planes de ganarse el apoyo de los superdelegados. Tampoco habló de planes para una convención disputada en Filadelfia.
Los demócratas temen que las divisiones que surgieron entre Clinton y Sanders durante las primarias puedan estallar en la Convención Nacional Demócrata del mes que viene.