El impeachment contra la suspendida presidenta brasileña Dilma Rousseff entró este jueves en su recta final con la votación de una comisión del Senado, que según todas las previsiones, recomendará que el caso llegue a juicio este mismo mes.
Y si en esa ocasión una mayoría simple de los senadores opta por darle continuidad a la acusación, Rousseff quedará a una sola votación de perder su mandato en forma definitiva.
"La presidenta será dimitida por los gravísimos crímenes que cometió (...). Fue el mayor fraude fiscal de la historia del país", dijo el senador Cássio Lima, del partido socialdemócrata PSDB, opositor a Rousseff.
La eventual última fase del juicio está previta para comenzar el 25 de agosto y, tras cinco días de alegatos, llegar a una sentencia que podría finalizar el ciclo de más de 13 años del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) en el poder.
Rousseff, que denuncia un golpe en su contra, está acusada de haber violado la Constitución al aprobar gastos sin la venia del Congreso y suscribir decretos para financiar al Tesoro con la banca pública, dos infracciones consideradas "crímenes de responsabilidad" que pueden terminar con su presidencia e inhabilitarla para cargos durante ocho años.
Una amplia mayoría de los congresistas y de analistas consideran que la ahijada política del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva tiene pocas posibilidades de conservar el poder y afirman que el impeachment llegará a su instancia final con el apoyo de dos tercios (54) de los senadores, el mínimo necesario para sellar su caída.
"Vivimos un momento histórico", dijo el senador Raimundo Lira (PMDB, centro-derecha), al frente de la comisión y aliado del presidente interino Michel Temer, que reemplazó a Rousseff, al abrir la última sesión de la comisión de 21 miembros.
Ese cuerpo legislativoo trabajó 100 días y generó más de 25.000 páginas de documentos y este jueves decidirá si apoya el informe de 441 páginas del senador Antonio Anastasia (PSDB) en el que se pronunció a favor del impeachment con palabras duras.
"La gravedad de los hechos constatados no deja dudas en cuanto a la existencia no de meras formalidades contables, sino de un auténtico 'atentado contra la Constitución'", dijo el martes al leer su voto.
Las previsiones de los integrantes de la comisión anticipan un amplio respaldo para la acusación: 16 a 5.
"Infelizmente no tengo una expectativa positiva y el informe de Anastasia ya fue en esa línea", dijo la senadora Gleisi Hoffman, del PT.
Si se corroboran las especulaciones y Temer continúa en la presidencia hasta fines de 2018, Rousseff se convertirá en la segunda jefa de Estado en perder el poder a manos del Congreso en 24 años, después de Fernando Collor.
Temer, un abogado de 75 años que integró la fórmula con Rousseff en las dos elecciones que ganó, ya avisó que pretende asistir a la cumbre del G-20 a inicios de setiembre en China sin el mote de "provisorio" y presiona para que el proceso termine en agosto tras el cierre de las Olimpíadas.
Cuando el plenario vote el próximo martes, el proceso ya será conducido por el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski. Y si como es ampliamente anticipado, respalda los cargos, habrá juicio final.
Esa instancia se extenderá por cinco días, en los que se escucharán hasta cinco testigos de la defensa y cinco de la acusación y habrá un debate en el que los senadores tendrán 10 minutos para establecer sus posiciones.
El día de la sentencia, la acusación y la defensa, que podría ser hecha hasta por la propia Rousseff, dispondrán de dos horas antes de la votación.
Acusada de adulterar las cuentas públicas, pero no de corrupción, Rousseff está "pagando la cuenta de los errores del PT", según definió la senadora conservadora Ana Amelia (PP) en una entrevista reciente con la AFP.
Detractora de la primera mujer en presidir Brasil, Amelia cree que los vientos políticos cambiaron y el tiempo del PT terminó por su incapacidad para sustentar su modelo de coalición polipartidaria.
Acorralada por una recesión económica, con su gobierno acusado de tener vínculos con una red de sobornos en la estatal Petrobras y con el Congreso en contra, Rousseff se fue quedando sin margen.
En diciembre del 2015 fue aceptado el pedido de impeachment y poco después Temer sacó a su partido de la coalición de gobierno para liderar un amplio arco opositor.
Para el mundo político, las cartas ya estaban echadas.