Bolivia estaba este sábado bajo tensión máxima, con una convocatoria del partido gobernante a ocupar las calles de La Paz para defender la reelección del presidente Evo Morales, mientras se extendían los motines policiales que estallaron en la víspera.
Durante la noche del viernes al sábado la rebelión de los agentes se extendió a las demás regiones (son nueve), salvo La Paz y Pando (norte, en la frontera con Brasil y Perú), según medios locales.
Sin embargo, los agentes de la UTOP de La Paz que mantenían restringido desde hace semanas el acceso a la Plaza Murillo, donde está la casa de gobierno, se retiraron a su cuartel el sábado en señal de apoyo a los motines, observó un reportero de la AFP. El sector seguía custodiado únicamente por oficiales y suboficiales de la unidad.
Los motines policiales se desataron mientras la oposición estaba en las calles exigiendo la renuncia de Morales tras su reelección para un cuarto mandato en los cuestionados comicios del 20 de octubre.
El mandatario izquierdista indígena respondió denunciando un golpe de estado "en marcha".
"Nuestra democracia está en riesgo por el golpe de Estado que han puesto en marcha grupos violentos que atentan contra el orden constitucional", tuiteó el viernes en la noche.
El ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, dijo el sábado que está en marcha una "movilización de carácter política (que) trasciende el orden constituyente (y) pretende vulnerar la institucionalidad", mientras que la cancillería publicó un comunicado denunciando que los líderes opositores "impulsan un plan de golpe de Estado".
El gobierno descartó enviar a tropas militares a someter a los policías rebeldes, según anunció el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, mientras la oposición saludó la insubordinación de los agentes y pidió a las Fuerzas Armadas que sigan sus pasos.
- "Defensa del voto" -
El gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) convocó a "toda la militancia, organizaciones sociales y simpatizantes" de los nueve departamentos a "hacerse presentes en La Paz" este sábado para "defender" el "voto del campo y la ciudad en favor del binomio ganador" de los comicios: Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera.
Campesinos que respaldan a Morales emboscaron este sábado en la localidad rural de Vila Vila (a 165 km de La Paz) a varios buses que trasladaban a opositores desde el sur del país hacia La Paz para engrosar el movimiento que presiona por la renuncia de Morales, dijo el dirigente Rodrigo Echalar a la televisión universitaria.
Hasta ahora, las calles de La Paz han estado principalmente ocupadas por manifestantes opositores, quienes confraternizaron el viernes en la noche con los mismos policías que durante las tres noches anteriores los habían reprimido.
En la céntrica avenida Prado, la principal de La Paz, decenas de policías marcharon en una columna de opositores gritando consignas contra Morales, observó la AFP.
"No estoy en condiciones todavía para calificar esta movilización como un motín, un repliegue (o) un acuartelamiento", dijo el ministro Romero.
- Llamados a militares -
Los expresidentes Carlos Mesa (2003-2005, y segundo en los comicios del 20 de octubre), Jaime Paz Zamora (1989-1993) y Jorge "Tuto" Quiroga (2001-2002) pidieron a las Fuerzas Armadas que no repriman a los opositores.
"Recuerden que hay colegas de ustedes en (la cárcel de) San Roque presos", dijo Quiroga en alusión a los cinco jefes militares condenados por las muertes de manifestantes en 2003 bajo el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien después escapó a Estados Unidos.
La rebelión policial estalló mientras el líder regional Luis Fernando Camacho, erigido como el rostro más visible y radical de la oposición, buscaba aliados para acudir el lunes a llevarle una carta de renuncia a Morales, que espera que firme.
Camacho, abogado de 40 años y líder del Comité Cívico Pro Santa Cruz, agradeció a los agentes y pidió a "la familia militar" que cumpla su "compromiso con el pueblo boliviano".
En La Paz decenas de manifestantes acudieron al Colegio Militar a pedir a los uniformados que se unan a la cruzada para conseguir la renuncia de Morales, mientras en algunos barrios la gente celebró el motín policial como si hubiese ganado la selección boliviana de fútbol.
Las protestas contra la reelección de Morales han dejado tres muertos y unos 250 heridos, y han restringido la circulación y el comercio.
Morales, de 60 años, se niega a renunciar y afirma que los comicios fueron limpios, haciendo oídos sordos a los reclamos que lo acusan de buscar ganar tiempo al aceptar una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) a las elecciones.
FUENTE: Agencia AFP