Washington, Estados Unidos, 02 de agosto de 2020.
La compañera de fórmula de Biden, delantero en las encuestas para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, será la tercera candidata a la vicepresidencia en la historia de Estados Unidos, luego de Geraldine Ferraro en 1984 y de Sarah Palin en 2008, cuatro años después de que Hillary Clinton se convirtiera en la primera nominada a la presidencia.
Entre las posibles postulantes una suena muy fuerte: la senadora de California Kamala Harris, quien en diciembre sorprendió al renunciar a la carrera presidencial y en marzo declaró su apoyo a Biden.
Su nombre ha cobrado fuerza desde que fotógrafos lo captaron en una libreta de notas que llevaba Biden la semana pasada. Debajo de "Kamala Harris" podía leerse: "no guarda rencor", "mucha ayuda en la campaña", "gran respeto por ella". Entonces no se vieron, o no se dejaron ver, otras anotaciones sobre otras posibles candidatas.
Coincidencia o no, el influyente sitio informativo Politico dio por ganadora a Harris en una nota fechada el 1 de agosto de la que luego se retractó, señalando que estaba preparada de antemano y que divulgarla había sido un error.
Lo cierto es que el currículum y la trayectoria de Harris, una abogada de 55 años, hija de una india tamil y un jamaicano, refuerzan sus posibilidades.
- Posible VP negra -
La presión para que la vicepresidente demócrata sea negra crece después de una primaria con gran diversidad de postulantes y una campaña electoral marcada por la pandemia del coronavirus, que ha golpeado especialmente a los afroestadounidenses, no solo entre los muertos sino entre los afectados por la profunda recesión económica. A esto se suma la reciente oleada histórica de protestas contra la violencia policial y el racismo.
En este contexto, ¿podrá Harris contribuir a que un demócrata llegue a la Oficina Oval? Muchos creen que sí, aunque para otros su pasado como dura fiscal californiana puede jugarle en contra.
Por eso, se barajan otras prominentes políticas.
Una es la legisladora de California Karen Bass, que a sus 66 años encabeza el grupo de congresistas negros que redactó un proyecto de ley de reforma policial que lleva el nombre del afroestadounidense George Floyd, cuya muerte a fines de mayo, asfixiado por un policía blanco, desató las multitudinarias manifestaciones que sacudieron al país.
También aparece Susan Rice, de 55 años y exasesora de seguridad nacional de Obama, a quien Biden conoce bien de sus años en la Casa Blanca. Y está la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, de 50 años, destacada en medio de la crisis sanitaria y quien declaró tempranamente su apoyo a Biden hace más de un año.
Biden podría sin embargo apuntar a otro electorado crucial para los demócratas: el hispano. Allí tiene chances Michelle Lujan Grisham, de 60 años y primera gobernadora demócrata de Nuevo México.
En liza hay también dos senadoras destacadas: la veterana de guerra de 52 años, herida en combate, Tammy Duckworth, de Illiniois, y otra precandidata presidencial que tiró la toalla, Elizabeth Warren, de Massachusetts. Con 71 años, esta última genera interrogantes no sólo por sus posiciones de izquierda, como Bass, sino por su edad.
- Clave para 2024 -
La elección del vicepresidente suele tener en vilo a Washington. Pero ahora es particularmente importante dado que Biden cumplirá 78 años el 20 de noviembre. Así, si vence a Trump será el presidente más viejo en asumir el cargo, superando al republicano Ronald Reagan, que tenía casi 74 cuando inició su segundo mandato en 1985.
"La elección del vicepresidente este año es mucho más importante de lo que normalmente es porque la gente espera que Biden solo cumpla un mandato", dijo David Barker, profesor de gobierno de la American University en Washington.
"Y entonces, quien elija como su vicepresidente probablemente sea la próxima candidata demócrata a la presidencia dentro de cuatro años", apuntó.
Barker dijo que consideraba improbable que Biden vaya a tomar una decisión de "alto riesgo" cuando supera a Trump en los sondeos por un margen cómodo, de hasta 10 puntos en algunas encuestas, incluso en estados que tradicionalmente no se han decantado con claridad hacia un partido.
¿Terminarán las conjeturas esta semana?
Biden podría optar por alguien, pero no anunciarlo hasta antes de la Convención Nacional Demócrata, que comenzará el 17 de agosto en Milwaukee, Wisconsin. En la tradicional cita, que será reducida para evitar contagios, debe aceptar formalmente su nominación como candidato.
Si bien algunos estudios muestran que la decisión tendrá poco impacto en la intención de voto de Biden, que supera al mandatario republicano en las encuestas, otros creen que podría marcar la diferencia, movilizando a más votantes negros o del Medio Oeste que optaron por Trump en 2016.
Aquí las principales mencionadas:
- Kamala Harris -
"Mi madre a menudo me decía: Kamala, tal vez seas la primera en lograr muchas cosas. Asegúrate de no ser la última", le gustaba repetir a la senadora de 55 años durante las primarias demócratas.
Desde el comienzo de su carrera, esta hija de inmigrantes de Jamaica y de India ha roto barreras. Después de dos períodos como fiscal en San Francisco (2004-2011), fue elegida dos veces fiscal de California (2011-2017), convirtiéndose en la primera mujer, pero también en la primera persona negra, en dirigir los servicios judiciales del estado más poblado del país.
Luego, en enero de 2017, se juramentó en el Senado en Washington, convirtiéndose en la primera mujer con raíces en el sur de Asia en llegar a la Cámara Alta en la historia de Estados Unidos, y en la segunda senadora negra.
Harris creció en Oakland, en la California progresista de los años 1960, orgullosa de la lucha por los derechos civiles de sus padres.
Conoce bien al candidato demócrata y era cercana a su hijo Beau Biden, quien murió de cáncer en 2015. Pero la también precandidata demócrata, sorprendió al atacar con virulencia a Biden durante el primer debate del partido, en 2019, cuestionando sus posiciones sobre políticas para acabar con la segregación racial en la década de 1970.
Entonces contó conmovida, cómo, cuando era niña, viajaba en uno de los autobuses que llevaban a escolares negros a barrios blancos. El intercambio la hizo disparar en las encuestas, pero rápidamente retrocedió, mientras bregaba por definir el rumbo de su candidatura.
Después de abandonar las primarias en diciembre, declaró su apoyo a Biden en marzo. Pero algunos aliados del exvicepresidente de Barack Obama no perdonan a la senadora por no haberse retractado lo suficiente de sus críticas y advierten contra una compañera de fórmula demasiado "ambiciosa", una apreciación considerada sexista por los partidarios de Harris.
- Susan Rice -
No hay dudas sobre la experiencia de Susan Rice: embajadora ante las Naciones Unidas y luego asesora de seguridad nacional bajo la presidencia de Barack Obama, estaría lista desde el primer día para ayudar a Biden en cuestiones delicadas de política exterior.
Conocida por no ser siempre muy diplomática, esta afroestadounidense de 55 años aprendió a luchar con Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU de 2009 a 2013 y, por lo tanto, sabría mostrar la firmeza que el candidato demócrata quiere encarnar contra los adversarios de Estados Unidos.
Según diplomáticos, tontería ("crap") y estupidez ("bullshit") son parte de su vocabulario habitual. Esta especialista en África, marcada por el genocidio de 1994 en Ruanda, que presenció impotente en el gobierno de Bill Clinton, también conoce perfectamente el funcionamiento de la Casa Blanca.
Biden "tiene una gran relación con ella, trabajaron juntos durante ocho años muy, muy de cerca, y eso significa mucho para alguien como él", dijo David Barker, profesor de la American University en Washington.
Pero Rice, nacida en Washington de padres universitarios, y con diplomas prestigiosos, nunca pasó por una campaña electoral y podría verse como ajena a las realidades del Estados Unidos profundo.
También se vio salpicada por la controversia sobre el ataque de 2012 contra la misión diplomática estadounidense en Benghazi, Libia. Esto la obligó en ese momento a renunciar a postularse para secretaria de Estado, y ahora la convertiría en blanco de los trumpistas.
- Karen Bass -
Poco conocida a pesar de su larga carrera parlamentaria, Karen Bass se sorprendió al verse en los últimos días entre las favoritas para acompañar a Biden.
Es precisamente el discreto perfil de esta congresista por California lo que podría complacer al candidato, que la vería como la leal mano derecha que fue él para Obama.
Con 66 años, Bass lidera el grupo de congresistas negros que redactó un proyecto de ley de reforma policial con el nombre de George Floyd. Llegada a la Cámara Baja en 2011, esta exasistente médica fue elegida previamente para la Asamblea de California en 2004, de la cual se convirtió, en 2008, en la primera presidenta afroestadounidense.
Pero sus posiciones marcadas claramente a la izquierda podrían motivar ataques republicanos. Los votantes de origen cubano, clave para ganar Florida, podrían disgustarse con sus comentarios de 2016 tras la muerte de Fidel Castro: "La desaparición del 'Comandante en Jefe' es una gran pérdida para el pueblo cubano", escribió entonces.
Biden comparte una gran tragedia con Bass: la pérdida de hijos. El exvicepresidente a menudo cuenta cómo el recuerdo de la muerte de su hija y su primera esposa en 1972, en un accidente automovilístico, y luego de su hijo mayor, dejó un "agujero negro" en su pecho.
Bass perdió a su hija y a su hijastro en un accidente de tránsito en 2006. "Después de perder a mis hijos, puedo hacer cualquier cosa", respondió en julio a la revista The Atlantic, que le preguntó sobre la dureza de una campaña presidencial.
- Elizabeth Warren -
Impulsada por entusiastas simpatizantes, esta senadora progresista de Massachusetts fue un tiempo favorita en las primarias demócratas antes de caer en las encuestas para luego tirar la toalla a principios de marzo.
En lugar de brindar su apoyo a Bernie Sanders, el otro precandidato tan a la izquierda como ella, decidió apoyar a Biden en abril.
A pesar de las críticas durante las primarias, desde entonces ha hecho una campaña activa por su otrora rival, un moderado.
Con esa feroz crítica de Wall Street a su lado, Biden podría atraer a los votantes más izquierdistas pero también a afroestadounidenses, entre los cuales obtuvo mejores puntajes en las encuestas que Kamala Harris.
Pero a los 71 años, a Warren le resultaría difícil encarnar a la próxima generación. Y su programa podría asustar a los moderados y dar argumentos a la campaña de Trump, que describe a Biden como un "títere" de la "izquierda radical".
También sería atacada por los orígenes nativo americanos que dice tener y que llevaron a Trump a apodarla "Pocahontas". Además, de ser nominada, el gobernador republicano de Massachusetts podría llenar su vacante del Senado, costándole a los demócratas una banca crucial.
- Tammy Duckworth -
Mucho menos conocida que sus colegas Harris y Warren, la senadora Tammy Duckworth, una exmilitar de origen asiático que perdió ambas piernas en Irak, podría reforzar una de las fortalezas de Biden: su humanidad y su empatía.
Nacida en Bangkok, esta mujer de 52 años anda en silla de ruedas por los pasillos del Congreso en Washington, donde representa a Illinois, un estado industrial del cual fue elegida por primera vez a la Cámara de Representantes de 2013 a 2017, y luego al Senado.
Hija de un militar estadounidense y una tailandesa, se alistó en el ejército y los marines, antes de ser herida en Irak en 2004, cuando el helicóptero que copilotaba fue abatido por insurgentes. Amputada de ambas piernas, se unió al gobierno de Obama en el muy poderoso Departamento de Asuntos de Veteranos.
Según Barker, esta "heroína de guerra", en un país que adora a sus veteranos, puede atraer a "una parte importante del electorado".
- Michelle Lujan Grisham -
La primera demócrata gobernadora de Nuevo México, una de las figuras hispanas más prominentes de Estados Unidos, puede ser la apuesta de Biden para sumar votos entre la minoría más importante del país.
Esta abogada nuevomexicana de 60 años representó a su estado en el Congreso en Washington de 2013 a 2018, donde fue elegida en 2016 para presidir el grupo de la bancada hispana. Su experiencia ejecutiva no se limita a la gobernación: de 2004 a 2007 fue secretaria de Salud estatal y muchos especulan que, de no ser la compañera de fórmula de Biden, podría encabezar el Departamento de Salud en un gobierno demócrata.
Descendiente de una familia de destacados juristas y políticos de Nuevo México, ha sido una dura crítica de Trump. "Necesitamos un líder que sea respetado, amable, justo y ético", dijo recientemente sobre Biden, a quien considera su mentor.
En los últimos meses se ha especulado también que Biden puede elegir a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, o a la legisladora de Florida Val Demings, o incluso a la senadora de Wisconsin Tammy Baldwin. Aunque también podría buscar el efecto sorpresa y revelar un nombre inesperado.
FUENTE: AFP