Panamá 11 de junio de 2020.
La apertura en bloques ha tenido sus tropiezos y algunos eran de esperarse. Lamentablemente, por las razones que sean, se procedió a una apertura poco gradual que llevó entonces al ajuste, e echar hacia atrás y a alimentar sentimientos de impotencia y frustración que de una u otra manera parecían estar bajo control. No, no es así. El bloque 2 sigue abierto y andando pero ahora con menos posibilidades de atender clientes porque están o deben estar en casa.
El bloque 3 se sentía cercano y con la apertura de tiendas al por menor así como otros profesionales fundamentales para la economía de servicios en la que nuestro país se sostiene. Ni hablar de la esperada apertura de la construcción con sus miles, y miles de abnegados trabajadores. Los medios para proveer el sustento diario de muchos se agota sin remedio ante la lenta implementación de ajustes que nos lleven a ese nuevo normal.
¿Culpables? ¿Responsables?. Somos dados a culpar al gobierno de nuestros males, a la policía de los crimines, al órgano judicial de las injusticias, pero, realmente ¿no empieza todo por nosotros? Seguimos viendo a personas sin mascarillas y a otros tanto que les cuesta el concepto del distanciamiento social?. A propósito, si piensan por un minuto que esto se ve solo en los barrios de la periferia citadina pues se equivocan rotundamente confirmando eso de que la educación y la comodidad socio económica no van necesariamente de la mano.
No tenemos claro aún cómo sigue la entrada en escena de los subsiguientes bloques. Tampoco tenemos claro si los estudiantes regresaran este año a las aulas con presencia física y definitivamente no tenemos la menor idea de cuándo tendremos una vacuna que evite el contagio del terrible asesino que nos acecha.
Si la solidaridad es la que nos debe mover tengo que preguntar: ¿estamos siendo solidariamente entendedores con nuestro entorno? ¿es solidario ver cómo la planilla gubernamental sube 17 millones de dólares mientras miles aun no reciben el primer pago del bono solidario? La vertiente socio económico de la pandemia nos está enseñando las divisiones que aquejan nuestro modelo país donde la brecha digital condena a muchos y donde la movilidad social cada vez es más difícil.
A cuidarse para trabajar por Panamá y entender cada dificultad detrás de cada oportunidad. Éste país lo merece y futuras generaciones también.
FUENTE: Redacción Eco