El papa Francisco instó este sábado a la iglesia de todo el continente americano a "renovarse", a evitar divisiones y condenas y a estar con los "indefensos de la amada tierra americana", dijo.
"Todos nos damos cuenta, lo sabemos que vivimos en una sociedad herida, eso nadie lo duda. Vivimos en una sociedad que sangra y el costo de sus heridas normalmente lo terminan pagando los más indefensos", reconoció.
"Pero es precisamente a esta sociedad, a esta cultura adonde el Señor nos envía. Nos envía e impulsa a llevar el bálsamo de 'su' presencia. Nos envía con un solo programa: tratarnos con misericordia. Hacernos prójimos de esos miles de indefensos que caminan en nuestra amada tierra americana proponiendo un trato diferente", recalcó.
Francisco, que conoce los problemas de latinoamericana, que defiende una iglesia pobre para los pobres, instó a los obispos y religiosos de todo el continente, desde Estados Unidos y Canadá hasta Argentina, a cambiar actitud ante lo que suele llamar la "cultura del descarte".
"Una cultura que va dejando por el camino rostros de ancianos, de niños, de minorías étnicas que son vistas como amenaza", explicó.
"Una cultura que poco a poco promueve la comodidad de unos pocos en aumento del sufrimiento de muchos. Una cultura que no sabe acompañar a los jóvenes en sus sueños narcotizándolos con promesas de felicidades etéreas y esconde la memoria viva de sus mayores", prosiguió.
"Una cultura que ha desperdiciado la sabiduría de los pueblos indígenas y que no ha sabido cuidar la riqueza de sus tierras", reiteró.
Francisco recordó a la iglesia americana, y en particular a su jerarquía, que "todos provenimos de lugares errantes, como Abraham, y todos fuimos sacados de lugares de esclavitud, como el pueblo de Israel".
El primer papa latinoamericano de la historia los instó también a "generar esperanzas y nuevas oportunidades" entre todos los creyentes.
"Si usáramos términos futbolísticos podríamos decir: levanta un centro para que otro cabecee", aseguró.
El jefe de la iglesia católica se alegró de que hayan podido participar al encuentro "todos los países de América. Frente a tantos intentos de fragmentación, de división y de enfrentar a nuestros pueblos, estas instancias nos ayudan a abrir horizontes y estrecharnos una y otra vez las manos", reconoció, según el texto divulgado por el Vaticano.
Francisco, que proclamó el año 2016 como el año de la misericordia, de ayuda y apertura hacia los demás, fomenta una iglesia más simple y humilde, lejos del poder y cercana a los pobres.
"Una acción basada en el miedo lo único que consigue es separar, dividir, querer distinguir con precisión quirúrgica un lado del otro, construir falsas seguridades, por lo tanto, construir encierros", advirtió.