Los empleadores que explotan a sus trabajadores en provecho propio cometen un pecado mortal, afirmo el jueves el papa Francisco.
"¡Vivir de la sangre de la gente es un pecado mortal! Un pecado mortal. Y requiere mucha penitencia, mucha restitución ser absuelto de este pecado".
El papa, el primer pontífice latinoamericano de la historia, ha denunciado con frecuencia las injusticias de la economía global, que según afirma ha empobrecido a los pobres y destruido el medio ambiente al tiempo que enriquece a unos pocos adinerados.