El caso de dos hermanos paquistaníes conocidos como los "niños solares", que durante el día llevan una vida normal, pero quedan paralizados cuando el sol se pone, ha dejado perplejos a los médicos del país asiático, que buscan soluciones para esta extraña enfermedad.
" Es de nacimiento. Cuando el sol desaparece se quedan paralizados. Espero que mis hijos puedan andar por la noche pronto", dijo a Efe Mohamed Hashim, padre de los pequeños y originario de un pueblo en las cercanías de la sureña ciudad de Quetta.
En su pueblo de Mian Kundi, los vecinos comenzaron a llamar a los pequeños los "niños solares".
Efe observó como con la caída del sol Shoaib comenzó a tener dificultades para moverse y controlar sus extremidades, y fue llevado a la cama ayudado por un familiar.
Hashim tiene seis hijos: Shoaib, Abdul y un tercero de un año de edad afectados por el extraño mal, un cuarto varón que no sufre la enfermedad y dos niñas que se encuentran bien.
Otros dos hijos varones fallecieron al poco de nacer.
Guarda de seguridad en una universidad, Hashim llevó al hospital a su hijo Abdul cuando este tenía dos años, sin que encontrasen una solución, y, sin medios para viajar o pagar un mejor centro hospitalario, no pudo hacer nada.
Pero el caso de los "niños solares" llegó, través de la prensa, a oídos de los médicos del gubernamental Instituto de Ciencias Médicas de Pakistán (PIMS por sus siglas en inglés) de Islamabad, que se ofreció a costear una investigación para tratar a los pequeños.
A comienzos de mes, los niños fueron ingresados en este centro y por el momento no saben cuándo serán dados de alta.
" Es un gran desafío. No entendemos bien la enfermedad. Tras realizar más de 300 pruebas hemos descubierto que si les suministramos neurotransmisores su estado mejora por la noche", indicó a Efe el rector adjunto de PIMS y profesor de medicina, Javed Akram.
El médico trabaja junto a un equipo de 27 doctores paquistaníes y ha enviado las pruebas a 13 instituciones médicas internacionales, entre ellas la Clínica Mayo y el Instituto Hopkins, en Estados Unidos, y el Hospital Guys, en el Reino Unido.
Los indicios apuntan de momento a una enfermedad genética, que se da en varones y que podría deberse a que el padre y la madre son primos, una práctica habitual en Pakistán.
" Estamos explorando la genética de la familia, del padre, la madre, del hijo de un año también afectado, de las hermanas que no sufren síntomas, familiares cercanos y las circunstancias ambientales, como el agua y la tierra de su pueblo", afirmó Akram.
Para ello, han mandado al pueblo de la familia a un equipo de investigadores, que están recogiendo muestras ambientales y analizando a los familiares.
El doctor estimó que se trata de una nueva enfermedad, desconocida hasta ahora, y que pronto descubrirán sus causas y su tratamiento.
Akram afirmó que ya le buscan un nombre y espera que este caso muestre que Pakistán también puede llevar a cabo investigaciones médicas y descubrir nuevas enfermedades.
Hashim espera que sus hijos puedan hacer vida normal por la noche en el futuro, pero le preocupa que sea necesario llevarse a los pequeños al extranjero para que reciban un tratamiento.
" No tenemos dinero. Si tienen que ir a otro país no podríamos acompañarlos", señaló el padre.